La medida anunciada por el presidente Joe Biden permitirá negar las solicitudes de asilo a quienes crucen de forma irregular hacia EEUU y cerrará efectivamente la frontera con México cuando el volumen de llegadas exceda la capacidad de procesamiento en los puntos de entrada
Washington, EEUU — El presidente de Estados Unidos, Joe Biden, anunció este martes que su gobierno limitará el asilo a los migrantes irregulares que intenten entrar al país, una medida que cerrará la frontera sur con México cuando las cifras de llegadas «excedan la capacidad» de procesamiento en los puntos de entrada «como ocurre hoy».
“Los migrantes no podrán recibir asilo en nuestra frontera sur a menos que lo soliciten después de ingresar (al país) a través de un proceso legal establecido”, insistió Biden desde la Casa Blanca, flanqueado por un grupo bipartidista de alcaldes de ciudades fronterizas.
La nueva orden ejecutiva se apoya en una sección de la Ley de Inmigración estadounidense, conocida como 212 (f), que otorga una amplia autoridad a la Presidencia para bloquear la entrada al país de cualquier clase de inmigrantes que se considere «perjudicial para los intereses de EEUU».
El presidente demócrata advirtió que la posibilidad de solicitar asilo “seguirá estando disponible” para quienes busquen emigrar legalmente a EEUU, por ejemplo, “concertando una cita (en la aplicación CBP One) y acudiendo a un puerto de entrada”, informa nuestra aliada de medios, la Voz de América.
“Esta prohibición permanecerá activa hasta que el número de personas que intentan ingresar ilegalmente se reduzca a un nivel que nuestro sistema pueda gestionar de manera efectiva”, especificó.
El mandatario demócrata criticó duramente a la bancada republicana en el Congreso, que ha rechazado una propuesta de reforma migratoria acordada por legisladores de ambos partidos, al tiempo que le reclama políticas más duras para controlar lo que consideran una “crisis” en la frontera sur.
“Estoy dejando atrás la obstrucción republicana y estoy utilizando la autoridad ejecutiva (…) para hacer lo que pueda por mi cuenta para abordar el manejo de la frontera”, indicó Biden.
Además, denunció a quien previsiblemente será su contrincante en las elecciones, el expresidente Donald Trump, y a sus aliados republicanos en el Congreso, quienes “no quieren arreglar” la cuestión migratoria. “Ese es el problema, quieren usarla para atacarme”, aseguró.
Por otro lado, el mandatario destacó que las cifras de llegadas irregulares han caído en los últimos meses, lo que atribuyó en gran parte a la colaboración con México, que acaba de elegir a su primera presidenta, Claudia Sheinbaum.
“Seguimos trabajando estrechamente con nuestros vecinos mexicanos, en lugar de atacarlos. Y ha funcionado. Construimos una sólida asociación de confianza entre el presidente mexicano (Andrés Manuel) López Obrador, y voy a hacer lo mismo con la presidenta electa de México, con quien hablé ayer”, agregó.
“No voy a demonizar a los migrantes. No voy a separar a los niños de sus familias”, prometió Biden, quien además pidió “paciencia” y confianza a los estadounidenses.
Críticas de Trump y de organismos y organizaciones
Antes del anuncio, la campaña del expresidente Donald Trump emitió un comunicado en el que criticaba a Biden por los altos niveles de inmigración irregular y afirmaba que eximir a los niños no acompañados en estas nuevas restricciones fomentaría el tráfico de menores.
Por su parte, Florencia Soto Nino, vocera de las Naciones Unidas, resaltó que «el acceso al asilo es básico para que cualquier persona que argumente de manera fundada que está siendo perseguido en su país de origen tenga acceso a un territorio seguro».
Por otro lado, organizaciones en defensa de inmigrantes en EEUU también han reaccionado duramente a la orden ejecutiva del mandatario demócrata.
La red Alianza Américas denunció que esta nueva medida “continúa indicando a ambos partidos que las personas inmigrantes serán utilizadas como peones políticos en las próximas elecciones”.
“Al cerrar la frontera, la iniciativa impedirá que miles de personas solicitantes de asilo busquen la protección humanitaria que merecen. Esto repite muchos de los fracasos anteriores de las administraciones republicanas y demócratas a la hora de abordar la migración y sus causas fundamentales, al tiempo que deshumaniza a las personas migrantes al jugar a políticas que dañan a nuestras familias”, dijo Oscar Chacón, director ejecutivo de la Alianza.
También se espera que las nuevas restricciones sean llevadas a los tribunales por parte de grupos que acusan a Biden de adoptar políticas similares a las de la Administración Trump.
«Tenemos la intención de demandar», dijo Lee Gelernt, abogado de la Unión Estadounidense por las Libertades Civiles (ACLU en inglés) que ayudó a bloquear las restricciones de asilo de la era Trump en los tribunales. «La prohibición del asilo es ilegal tal como lo era cuando Trump la intentó sin éxito”.
Restricciones temporales al asilo
Las nuevas medidas, «estarán vigentes cuando la frontera sur se vea abrumada y harán más fácil para los oficiales de inmigración expulsar rápidamente a las personas que no tienen base legal para permanecer en EEUU», indicó la Casa Blanca en un comunicado, antes de la intervención de Biden
Las restricciones entrarán en vigor de inmediato y se activarán cuando el promedio semanal de encuentros en la frontera supere los 2.500 diarios y se detendrá cuando los arrestos caigan por debajo de 1.500 por día, dijo un alto funcionario de la Administración, que habló con la prensa bajo condición de anonimato.
Sólo se harán excepciones con los niños no acompañados, las personas que se enfrentan a graves amenazas médicas o de seguridad y las víctimas del tráfico de personas, especificó el funcionario.
De acuerdo con el comunicado compartido con la prensa este martes, las nuevas disposiciones «no son permanentes» y se suspenderán cuando el número de cruces irregulares sea «lo suficientemente bajo» y permitan el procesamiento seguro y «eficaz» en los puertos de entrada.
Las directivas anunciadas por la Administración demócrata también incluyen una propuesta para garantizar la expulsión acelerada de migrantes que representan un riesgo para la seguridad, y un sistema para «resolver más rápidamente una parte de los casos de inmigración» de peticionarios de asilo.
Esto permitirá a la Justicia estadounidense establecer con rapidez a quienes no tienen base legal para permanecer en el país y ofrecer «protección a aquellos con reclamos válidos».
Sin embargo, agregó la Casa Blanca en el texto, esta reforma del «abrumado sistema de inmigración sólo puede crearse y ser financiado por el Congreso», controlado por una escasa mayoría republicana.
[Con información de Reuters]