Informe: Células barriales coordinan acciones tras muerte del abogado Javier Ordóñez.
Miami, Florida–Un informe de inteligencia indica que las protestas violentas en Colombia son inducidas o manipuladas por células o ‘grupos barriales’, cuyo propósito es causar el caos en Bogotá.
Las versiones indican que las acciones estarían siendo coordinadas por estructuras de la guerrilla del Ejército de Liberación nacional, (ELN) y disidencias de las FARC, reveló radio RCN.
El último balance de fallecidos durante las manifestaciones que recogen los medios se sitúa en 13, mientras que más 400 personas -209 civiles y 194 policías- han resultado heridas.
Además se han registrado diversos actos vandálicos, como la quema de 56 estaciones policiales y al menos una decena de autobuses, informa el Diario Las Américas.
El periodista Óscar Ramírez, de Noticias RCN, en diálogo con La FM, afirmó que el informe de la policía señala que hay «una acción coordinada que operan en zonas de influencia criminal de 5 localidades de Bogotá.»
El comunicador que conoció el informe de primera mano asegura que el informe señala que estos ‘grupos barriales’ operan en las localidades de Suba, Usme, Ciudad Bolívar, Bosa y Kennedy, mediante tareas de infiltración y reclutamiento de jóvenes en universidades.
«Estos grupos se organizan para reclutar jóvenes a través de las redes sociales, luego cometer desmanes en contra de las autoridades cuando hay momentos de agitación, como lo que ocurrió con la muerte de Javier Ordóñez», explicó el periodista.
La crisis en Colombia se desató tras la muerte de Ordóñez, de 42 años, que falleció el martes 8 de septiembre después de una polémica intervención policial en la zona de Engativá. Un vídeo muestra el uso de pistolas táser contra este hombre, que pide auxilio y reclama que no se le apliquen más descargas eléctricas.
Investigadores de la Fiscalía colombiana han concluido que Ordóñez murió como consecuencia de una paliza sufrida en el interior del CAI de Villa Luz, según un vídeo que posee.
En estas instalaciones habría sufrido varios golpes y, según los investigadores, los impactos recibidos en la cabeza terminaron costándole la vida.
Ese hecho, estaría siendo aprovechado por el ELN y disidentes de las FARC, vinculadas al narcotráfico para manipular el descontento de la población al que se suma el confinamiento por la pandemia del COVID-19.