Nos puede salir caro hacernos los tontos e indiferentes en estos momentos, por no mantener las reglas del distanciamiento, la higiene de las manos y el uso de mascarillas para proteger la nariz, no el cuello.
Por Miguel Franjul*
Aunque muchos están autosugestionándose con el supuesto control del Covid-19, lo cierto es que ahora hay que estar más precavidos que nunca frente a esta veleidosa pandemia.
Los casos de Puerto Rico y Cuba ilustran la capacidad que ha tenido el virus para contraatacar a los países que, confiados en que las vacunas y los índices de positividad ayudaban a la inmunización de rebaño, bajaron la guardia.
Puerto Rico y Cuba, atrapados en una devastadora ola de contagios después de alentar la vuelta a la normalidad de sus actividades, han entrado en retroceso.
Este mismo drama lo viven, por igual, Chile, Ecuador, Perú, Colombia, Brasil y Costa Rica, pese a las formidables coberturas de vacunaciones y un aparente “control” de la prevalencia del virus.
Nosotros hemos caído en el error de abrir demasiado las actividades humanas y comerciales, en medio de una obstinada creencia, a todos los niveles, de que la pandemia ha sido dominada.
Y eso no es verdad.
Nos puede salir caro hacernos los tontos e indiferentes en estos momentos, por no mantener las reglas del distanciamiento, la higiene de las manos y el uso de mascarillas para proteger la nariz, no el cuello.
*Miguel Franjul es director del periódico Listín Diario, decano de la prensa nacional.
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