El exmandatario hondureño y ahora diputado del Parlamento Centroamericano, Juan Orlando Hernández, ha estado en la mira de la agencia antidroga de EE.UU. al ser vinculado con hechos de narcotráfico.
Washington, D.C. — El gobierno de Estados Unidos anunció el lunes que agregó hace meses al expresidente de Honduras Juan Orlando Hernández a su lista de «actores corruptos y antidemocráticos».
«Juan Orlando Hernández se ha involucrado en una corrupción significativa al cometer o facilitar actos de corrupción y narcotráfico, y al utilizar las ganancias de actividades ilícitas para facilitar campañas políticas», observó en declaración escrita el departamento de Estado.
Hernández ha estado en el punto de mira de agencias de la agencia antinarcóticos de EE. UU., como la DEA, por testimonios que lo involucran con sobornos y actividades de tráfico de drogas, tras la condena de su hermano, Juan Antonio ‘Tony’ Hernández, por un jurado de Nueva York, informa la Voz de América.
En su argumentación, Washington declaró: “Estados Unidos continúa utilizando las herramientas a su disposición para promover la rendición de cuentas por corrupción y otros ataques a la seguridad, la estabilidad y las aspiraciones democráticas de los pueblos de Honduras, Centroamérica y el mundo”.
En realidad, según desvela el comunicado de Estado, Hernández fue incluido en la lista de «actores corruptos y antidemocráticos» en julio del año pasado, cuando aún era presidente del país, si bien no fue hasta hoy que «se hizo público su estatus». A las personas incluidas en esta lista generalmente se les niega la entrada a Estados Unidos.
Contra Hernández ya pesaba el pedido a inicios de febrero del senador y presidente de Comité de Relaciones Exteriores de la Cámara Alta, Bob Menéndez, para que la Casa Blanca declarara al exmandatario como “capo del narcotráfico» en el extranjero.
“Las acusaciones en los casos de los tribunales federales citados anteriormente indican que Juan Orlando Hernández ha estado involucrado en actividades criminales y en el tráfico de drogas, acciones que han puesto en peligro la seguridad nacional de Estados Unidos y la prosperidad del pueblo hondureño, y por las que aún no ha rendido cuentas”, sostuvo Menéndez la semana pasada en su misiva conjunta a los departamentos de Estado y el Tesoro.
Hernández, en tanto, ha negado cualquier vínculo con actividades de tráfico de estupefacientes, al afirmar que los testimonios en su contra provienen de narcotraficantes detenidos en Estados Unidos que buscan reducir sus propias condenas a costa de difamarlo.
El expresidente Hernández goza actualmente de inmunidad por un periodo de cuatro años, tras juramentar como diputado al Parlamento Centroamericano a finales de enero, inmediatamente después de dejar el cargo, que asumió la hoy mandataria hondureña Xiomara Castro de Zelaya.