“Nuestro trabajo en la República Dominicana a través de USAID refleja nuestro firme apoyo al país en su intento de implementar reformas institucionales que le permitan avanzar como líder de la región y ejemplo de democracia, justicia y transparencia.”—Robert W. Thomas.
Por Robert W. Thomas*
Me encanta estar en la República Dominicana en el mes de enero, ya que es un mes lleno de celebraciones. No sólo recibimos el año nuevo al ritmo del perico ripiao y celebramos tradiciones consagradas como el Día de la Altagracia y el natalicio de Juan Pablo Duarte, sino que también es una época festiva para los niños, que esperan ansiosos las sorpresas que traerán los Reyes Magos en el día de Reyes. A pesar del ambiente alegre de enero, hay un día que la mayoría no celebra, aunque creo que deberíamos hacerlo dada su importancia para la alianza entre los Estados Unidos y la República Dominicana.
El 11 de enero del 1962 fue la fecha en que la Agencia de los Estados Unidos para el Desarrollo Internacional (USAID) inició sus operaciones en la República Dominicana. A través de USAID, EE.UU. ha cultivado una alianza duradera con el pueblo dominicano, como lo demuestra el trabajo que hemos realizado juntos en los últimos 60 años. Desde la promoción del espíritu emprendedor hasta el impulso de la infraestructura de la República Dominicana y los esfuerzos de preparación para desastres para mitigar el impacto devastador del cambio climático, EE.UU. a través de USAID ha invertido 1.900 millones de dólares en la República Dominicana, una señal concreta de nuestro compromiso continuo con el futuro prometedor del país.
Podría hablarles de estos logros, pero es algo que hay que ver para creer. Podría mencionar a los miles de agricultores que hemos formado y comentar sobre nuestro apoyo a la creación de la Universidad ISA, el primer instituto agrícola de la República Dominicana, pero les invito a que vean por sí mismos las exuberantes y verdes fincas del Cibao, que han alimentado a la creciente población del país gracias en parte a la asistencia de USAID durante los últimos 60 años.
Podría contarles de los más de dos millones de estudiantes dominicanos que se han beneficiado de los programas educativos de USAID, pero prefiero presentarles a los altamente talentosos ministros, directores generales, presidentes de bancos y directores de empresas en los que se han convertido estos estudiantes. Me los encuentro dondequiera que voy.
Aunque EE.UU. ha invertido $298 millones de dólares en el sector sanitario dominicano a través de USAID, nuestra ayuda no es solo financiera. También viene en forma de los numerosos médicos y enfermeras estadounidenses que han trabajado con socios dominicanos para combatir el dengue, el Zika y el VIH, salvando innumerables vidas.
EE.UU. también ha contribuido con $13 millones de dólares para apoyar la respuesta dominicana al COVID-19 mediante la donación de hospitales móviles, ventiladores y equipos de protección personal para los trabajadores sanitarios. Y nosotros, a diferencia de otros países, no ofrecemos asistencia exterior a cambio de concesiones políticas o favores de nuestros gobiernos aliados. Nuestra ayuda se presta sin ataduras.
Mucho ha cambiado desde 1962. Aunque hemos resuelto muchos retos del pasado, queda mucho por hacer en el presente. El presidente Abinader ha establecido una visión audaz para promover un gobierno transparente y fortalecer las instituciones dominicanas para que la corrupción sea menos probable no solo hoy, sino también en el futuro. Estas metas se alinean perfectamente con el objetivo general del presidente Biden, que se basa en el firme compromiso de EE.UU. con el Estado de derecho, la promoción de la democracia y la lucha contra la corrupción. Me siento orgulloso de que podamos apoyar estas reformas, que – si son aprobadas por el Congreso y aplicadas con éxito por el Gobierno – favorecerán a todos los dominicanos.
Nuestro trabajo en la República Dominicana a través de USAID refleja nuestro firme apoyo al país en su intento de implementar reformas institucionales que le permitan avanzar como líder de la región y ejemplo de democracia, justicia y transparencia. Así que este año, y en el futuro, espero que se unan a mí para celebrar la tremenda asociación que comenzó el 11 de enero de 1962, que no solo ha fortalecido la relación entre EE.UU. y la República Dominicana, sino que también ha enriquecido las vidas de millones de dominicanos.
Mirando hacia atrás todo lo que hemos logrado juntos, debo decir que hay realmente mucho que celebrar.
*Robert W. Thomas, Encargado de Negocios de la Embajada de los Estados Unidos en la República Dominicana.