Una comisión legislativa de Congresistas de los Estados Unidos visitó Costa Rica, Panamá y República Dominicana para discutir retos comunes como la migración, el tráfico de drogas y los crímenes transnacionales.
Washington, DC — Una comisión del Congreso de Estados Unidos realizó la semana pasada una serie de visitas a países de Centro América y el Caribe, en busca de afianzar sus alianzas, así como de buscar soluciones conjuntas a problemas económicos y de seguridad comunes, informaron el lunes mienbros de la comitiva.
Dicha visita, concluida el viernes, se habría dado en apoyo a la firma, en julio pasado, del memorando de entendimiento para promover el Diálogo Consultivo sobre Cadenas de Suministro y Crecimiento Económico entre Estados Unidos y la Alianza para el Desarrollo en Democracia (ADD).
“Costa Rica, República Dominicana y Panamá son fuertes aliados de Estados Unidos y están muy comprometidos con la democracia, el Estado de derecho, el comercio, las economías sólidas y la creciente calidad de vida de sus ciudadanos. Y eso contrasta con algo de lo que estamos viendo en la región y en todo el mundo donde ha habido un retroceso hacia el autoritarismo”, expresó este lunes el senador Tim Kaine, presidente del subcomité para asuntos del hemisferio occidental, quien fue parte de la delegación congresional junto al representante Adriano Espaillat.
En Costa Rica, los legisladores se reunieron con el presidente Rodrigo Chaves y la embajadora de EEUU, Cynthia Telles, para discutir cómo la relación entre ambos países puede ayudar a abordar el crimen transnacional, el tráfico de drogas y los problemas migratorios.
“Durante nuestro viaje, evaluamos la implementación de las políticas estadounidenses que promueven la seguridad internacional, la protección de los solicitantes de asilo y las oportunidades económicas”, dijo Espaillat.
Los legisladores también se reunieron con líderes de ONG para discutir las causas de la migración y la situación de los nicaragüenses en Costa Rica.
“Tuvimos muchas discusiones sobre el golpe de [la] migración en dos direcciones. Desde el sur, recientemente de los venezolanos, pero también la intensa migración de los nicaragüenses que huyen de la opresión. Nos presentaron un caso muy poderoso de que necesitan ayuda debido a esta avalancha de migración tanto del norte como del sur”, expresó Kaine.
Asimismo en Panamá, se reunieron con el ministro de Seguridad, Juan Pino, para discutir la respuesta del país a la crisis migratoria venezolana, así como el desarrollo económico de Panamá y los impactos del cambio climático en la región.
Kaine y Espaillat visitaron refugios de migrantes en la Ciudad de Panamá, donde se habrían encontrado con “cientos de venezolanos”, con quienes, según dijeron, hablaron sobre el nuevo programa de parole humanitario implementado por el gobierno del presidente Joe Biden.
“Parte de la discusión también fue sobre personas que se preparaban para solicitar para ser parte de estos 24.000 que pueden venir a los EEUU bajo el programa de permiso humanitario donde pueden obtener una autorización de trabajo”, dijo Kaine, al detallar que dichos venezolanos expresaron los retos que pasan en su camino al norte.
Allí habrían discutido también los esfuerzos de China para ejercer influencia en la región. “Otras naciones del mundo, incluida China, no están dejando de prestar atención a las Américas. Le están prestando mucha más atención. Entonces, debemos prestar más atención a las Américas, especialmente a las naciones que están haciendo las cosas bien”, aseveró Kaine.
Finalmente, en República Dominicana los legisladores se reunieron con el presidente Luis Abinader, y participaron de reuniones con el Ministerio de Defensa con respecto a iniciativas de migración y seguridad regional que impactan directamente los intereses de seguridad nacional de los EEUU.
“Escuchamos en toda la región que EEUU necesita hacer un mejor trabajo para conseguir embajadores confirmados en los países. Lo hemos hecho en Costa Rica, lo hemos hecho ahora en Panamá con María Carmen Aponte, pero la administración de Biden aún no ha nombrado un embajador en República Dominicana y necesitan hacerlo y, con suerte, lo harán para fin de año”, agregó el senador.
Por su parte, el representante Espaillat, de origen dominicano, apuntó que el país caribeño está “muy preocupado” por la situación de inseguridad en Haití. “Están buscando y abogando con mucha fuerza tanto por la Organización de las Naciones Unidas como por la Organización de los Estados Americanos para que apoyen a la policía nacional en Haití”, dijo.