La exprimera dama, Rosa Gómez de Mejía, fue despedida con una salva de 21 cañonazos. Un reducido círculo familiar dio su último adiós a sus restos mortales.
Santo Domingo, República Dominicana — En medio de cánticos religiosos, recuerdos nostálgicos y fraternidad familiar, fueron sepultados los restos de la esposa del expresidente Hipólito Mejía, doña Rosa Gómez de Mejía, a quien describieron como un ser noble y lleno de amor por su familia.
Los hijos de Rosa Gómez de Mejía, Lissa y Ramón, despidieron a su madre la exprimera dama, esposa del expresidente Hipólito Mejía, quien falleció de un infarto la noche del pasado lunes.
Lissa destacó la labor de la exprimera dama en el mantener la unidad familiar y su fe, mientras que Ramón narró cómo fue elegido por doña Rosa el lugar en el que fue sepultada.
«Como cosas de la vida, no sé porqué razón, vino hace unos días aquí y dijo que querían que la enterraran debajo de una mata. Cuando vine ahora… es Gurabo, es Jacagua, este es su campo. Ella creció en esto. Quiso descansar aquí».
A la ceremonia acudió el presidente Luis Abinader, junto a la primera dama Raquel Arbaje. También asistió la vicepresidenta de la República, Raquel Peña; el presidente del Senado, Eduardo Estrella yel ministro Administrativo, José Ignacio Paliza.
La exprimera dama Rosa Gómez de Mejía, la esposa del expresidente Hipólito Mejía y madre de la alcaldesa Carolina Mejía, falleció la noche del pasado lunes a los 82 años, víctima de un infarto que horas antes obligó a que fuera internada en un centro médico capitalino.
Doña Rosa nació en 1939 en Santiago de los Caballeros. Durante el mandato de su cónyuge, entre 2000 y 2004, privilegió su preocupación como primera dama en labores de educación, aprovechando la formación profesional que recibió en esa área en la Universidad Autónoma de Santo Domingo (UASD)
Los restos de doña Rosa Gómez de Mejía fueron sepultados en el cementerio Jardín Memorial en medio de un ambiente solemne que estuvo encabezado por el presidente Luis Abinader.
Su esposo, el expresidente Hipólito Mejía acompañado de sus hijos, nietos y otros parientes cercanos no podían esconder el dolor que les ha dejado la partida de doña Rosa.
La misa de cuerpo presente estuvo encabezada por el arzobispo metropolitano de Santo Domingo, Francisco Ozoria; junto al obispo emérito de San Juan, José Dolores Grullón Estrella; así como el obispo de Higüey, Jesús Castro Marte, entre otros prelados católicos.
Con una salva de 21 cañonazos, un reducido círculo familiar dijo adiós por última vez a los restos mortales de doña Rosa Gómez de Mejía.
La exprimera dama durante el período 2000-2004, falleció a causa de un infarto fulminante.