La ceremonia de entrega de los Oscar se celebra el domingo. Un equipo de crisis está preparado para responder ante cualquier imprevisto y así evitar un altercado como el ocurrido el año pasado entre Will Smith y Chris Rock.
Los Ángeles, California — La ciudad de Los Ángeles, California, calienta motores para celebrar la edición número 95 de la ceremonia de los Oscar. Se espera que este domingo las estrellas más famosas de Hollywood vuelvan a brillar como antaño y sin ningún tipo de restricción por el coronavirus.
Sin embargo, la Academia del Cine y las Artes Cinematográficas de Estados Unidos ha sido muy estricta con sus políticas para controlar posibles contagios de coronavirus en la gala.
Al recoger sus credenciales, los periodistas, operarios y otros asistentes no solo tienen que validar su identidad, sino que deben presentar un resultado negativo de una prueba de SARS-CoV2 de las últimas 48 horas.
Las indicaciones de la organización fueron claras: de nada sirven las pruebas de diagnóstico realizadas en el hogar ya que deben ser PCR oficiales de laboratorios reconocidos por la organización.
Paseo de estrellas
Este año, se espera que reconocidos actores del cine paseen por la alfombra roja destilando todo el glamur y la sofisticación al que el público ya está acostumbrado.
El actor Austin Butler, que ha sido toda una revelación este año al protagonizar “Elvis”, Colin Farrell (“Almas en pena de Inisherin”), Brendan Fraser (“La Ballena”), Michelle Williams (“Los Fabelman”), Cate Blanchet (“Tár”) o Steven Spielberg (“Los Fabelman”) son algunos de los actores y directores que han sido nominados y que este domingo estarán en el principal evento de la industria del cine.
Todos ellos con la esperanza de llevarse el famoso Oscar, una estatuilla que fue bautizada en 1939 con ese nombre después de que una trabajadora de la Academia, Margaret Herrick, le dijera a los organizadores que ese trofeo se parecía a su tío Oscar.
Hollywood blindado
Todo debe estar listo para el domingo, el día de los Oscar. Por eso, los operarios siguen trabajando día y noche sin descanso, dejando todo listo para no dejar nada a la improvisación y que la gala sea un éxito. Más de 300 personas son las encargadas de poner a punto la alfombra roja, colocando las luces y sacando brillo a las estatuillas que se colocan durante todo el paseo hasta llegar a la entrada del emblemático teatro.
La seguridad es uno de los aspectos que más cuida la organización. Los alrededores del teatro Dolby están completamente blindados por personal que vigila todo el perímetro del lugar.
Uno de ellos es Ronald, de padres mexicanos, quien explicó a la Voz de América que, desde el viernes, están trabajando turnos de más de 12 horas hasta el lunes. “Será agotador, pero por suerte solo ocurre una vez al año”, bromea el hombre mientras se toma un café en su tiempo de descanso.
Curiosos y turistas también forman parte de la fiesta del cine
Decenas de curiosos, turistas y amantes del cine tampoco quieren dejar pasar la oportunidad de pasear por aquí mientras los operarios terminan de colocar la alfombra roja por donde pasarán las estrellas del cine.
Josué Rodríguez es un mexicano que ha aprovechado que está estos días de vacaciones por el sur de la California para acercarse hasta los alrededores del teatro Dolby y ver de primera mano cómo se están llevando a cabo los preparativos.
“Es muy emocionante porque es un lugar icónico de Los Ángeles y es algo que se tiene que visitar. Ahora tuvimos la fortuna de estar a unos días de la alfombra roja y que mejor oportunidad que estar aquí, por donde van a pasar todos los artistas”, relata en declaraciones a la Voz de América.
Una gala sin imprevistos
Todos esos preparativos para una gala que, según dicen los organizadores, tendrá muchas sorpresas. Pero todas ellas, previstas en el guión.
Y es que los responsables de los premios Oscar han estado trabajando en los últimos meses para ofrecer una ceremonia entretenida y sin ningún tipo de imprevisto. Sobre todo, después del incidente protagonizado por el actor Will Smith al propinar un golpe a Chris Rock durante la ceremonia del año pasado.
Esa situación provocó que el protagonista de “El Príncipe de Bel-Air”, aunque pidió disculpas días después, estuviera vetado de la ceremonia durante diez años, por lo que en esta edición no estará presente.