El secretario del DHS, Alejandro Mayorkas, culpó a la administración Trump al comparecer ante el Comité de Seguridad de la Cámara de Representante donde se refirió a la crisis inmigratoria.
Miami, Florida–El secretario de Seguridad Nacional, Alejandro Mayorkas, admitió que la situación que hay en la frontera sur de Estados Unidos, con miles de inmigrantes tratando de entrar a la nación, no es algo que se pueda “transformar de la noche a la mañana”.
Se refirió a lo que definió como el “daño provocado en los últimos cuatro años”, en alusión a la gestión del anterior presidente, Donald Trump.
“Nuestra responsabilidad principal es preservar nuestro territorio y a los estadounidenses. Estamos más seguros cuando hacemos un acercamiento más comprensivo y sostenible a la gestión de la frontera, asegurando que las políticas y los procedimientos ahí se alinean con los valores estadounidenses, las leyes y las regulaciones inmigratorias”, señaló el alto funcionario durante una comparecencia ante el Comité de Seguridad de la Cámara de Representantes.
En su discurso, Mayorkas admitió que el gobierno federal está haciendo frente a la situación inmigratoria “sin precedentes” en la frontera situada en el suroeste del país, especialmente porque se están registrando “niveles récord de niños no acompañados” en esa zona.
Aunque las familias y los adultos individuales arrestados por los agentes de Aduanas y Protección Fronteriza (CBP en inglés) son devueltos a México, los menores quedan bajo la custodia del gobierno federal: “[Esto] supone un cambio con las prácticas de la anterior administración”, afirmó Mayorkas.
El máximo responsable del DHS es consciente de que “no hay una única solución” que revierta la profunda crisis inmigrante que hay en estos momentos en la frontera, pero mostró su intención de arreglar esta situación lo antes posible.
Para ello, la Administración se ha comprometido a enfocarse en las razones por las que los inmigrantes, especialmente los centroamericanos, se ven obligados a abandonar sus países de origen y arriesgar sus vidas en busca de oportunidades.
Esas razones, a tenor de informes del DHS, aluden a la inseguridad, la presión de las bandas, el crimen organizado y la inestabilidad económica.