La ironía del protagonismo creciente de los drones en las guerras, guerrillas y terrorismo es que lo que determinó al Irán a volcarse en esta tecnología para su guerrilla antiestadounidense fue precisamente el recurso de los EE.UU. a los drones.
Madrid, Valentín Popescu
Etimológicamente, “guerrilla” es un guerra pequeña y hasta mediados del siglo pasado fue realmente así: una guerra de escaramuzas y atentados; una guerra barata de desgaste. Ahora la guerrilla ya no es una guerra pequeña sino, gracias a la electrónica, una guerra diminuta, pero altamente sofisticada.
También se podría decir que es una mini guerra a distancia e impersonal… porque se trata de una guerrilla a base de drones, lo que da un máximo de impunidad a los atacantes. Esto constituye una ventaja sustancial. Ya que el atacante es – de momento – impune y no corre ningún riesgo, como sucedía anteriormente en todas las campañas guerrilleras.
Naturalmente, esta impunidad es solo temporal ya que la réplica de los ejércitos regulares es la localización (relativamente fácil) de la logística guerrillera y su destrucción.
El creciente recurso a los drones en las operaciones militares no es una exclusiva del actual forcejeo iraní-estadounidense, aunque este sea el principal y más activo escenario (el Pentágona bombardeó la logística de las milicias pro iraníes del Siria e Irak el pasado lunes, 28 de junio). Los drones han sido grandes protagonistas en la última guerra armenio-azerí y arma decisiva en las luchas fratricidas de Libia, Siria sí como en sinnúmero de actos terroristas perpetrados en África y el Oriente Próximo.
Ello es lógico porque se trata de un armamento diminuto, versátil, más barato y preciso que los misiles y que – para los guerrilleros – tiene un aliciente irresistible: resulta muy difícil de localizar por los radares y destruir en vuelo por los dispositivos defensivos. El pasado mes de abril, las milicias chiitas de Siria – entrenadas, financiadas y armadas por el Irán – destruyeron con un dron cargado con explosivos un hangar de la CIA en Arbil porque el radar norteamericano le perdió la pista al artefacto al adoptar este una der las rutas de la aviación comercial.
La ironía del protagonismo creciente de los drones en las guerras, guerrillas y terrorismo es que lo que determinó al Irán a volcarse en esta tecnología para su guerrilla antiestadounidense fue precisamente el recurso de los EE.UU. a los drones. Y es que en enero del 2020, el Pentágono mató en el Aeropuerto de Bagdad con un dron a la figura máxima de las fuerzas armadas iraníes – el general Kasim Soleimani – juntamente con un alto funcionario del servicio secreto de Teherán, Abu Mahdi al Muhand.