Los primeros cambios en el equipo gubernamental del nuevo presidente iraní, Ibrahim Risi, evidencian que la República opta por la confrontación en sus relaciones con los EE.UU. y el mundo atlántico.
Madrid / Valentí Popescu
Los primeros cambios en el equipo gubernamental del nuevo presidente iraní, Ibrahim Risi, evidencian que la República opta por la confrontación en sus relaciones con los EE.UU. y el mundo atlántico.
El más llamativo de estos nombramientos es el de Hussein Amir Abdollahain como nuevo ministro de Exteriores. Junto con el nuevo primer vicepresidente de la República Teocrática, Mohamed Mokhaber, evidencian el predominio abrumador de los “Guardianes de la Revolución” en la vida política del país.
Ambos personajes están íntimamente ligados a los “Guardianes de la Revolución”, una institución surgida con la revolución de Khomeini y los ayatolás (1979) como brazo ejecutor y que es hoy en día un auténtico Estado dentro del Estado gracias a su gigantesco entramado patrimonial.
Abdollahain es un diplomático de carrera de 57 años, que domina el árabe y el inglés, doctorado en Relaciones Internacionales por la Universidad de Teherán. De origen humilde, fue viceministro (cargo equivalente al nuestro de secretario de Estado) bajo el ministro Javad Zarif, hombre moderado y afable que gozaba de la plena confianza del último presidente – Hassan Rohani -, defensor de una política de mejor convivencia con Occidente.
Este enfoque de la política exterior iraní fracasó por muchas razones (una de las principales fue la intransigencia de Donald Trump ante el empeño persa de desarrollar su industria nuclear más allá de los pactos firmados con Occidente al respecto) y con su fracaso se acabó también el crédito de Rohani y su equipo ante los ayatolás.
Descartado el enfoque de Rohani y agudizado el descontento popular de los iraníes por el empeoramiento de las condiciones de vida en el país, los “Guardianes” volvieron a ser la fuerza imperante en el Irán de los ayatolás. Y han vuelto al poder con el beneplácito del ayatolá Khamenei, máxima jerarquía chiita actual. Y han vuelto no sólo con el radicalismo de siempre, sino que aún ansían vengarse del asesinato a manos de un comando estadounidense del general Soleimani, figura máxima del “Kud”, el cuerpo expedicionario iraní.
Abdollahain, tiene además un currículo político perfecto para un gobierno hecho a medida de los “Guardianes” ya que fue viceministro de Exteriores durante la presidencia de Mahmud Ahmadinejad (2005-2013), el más radical y empecinado nacionalista del núcleo dirigente de los “Guardianes”.
Mohamed Mokhaber, por su parte, ha sido desde el 2007director ejecutivo del “Setad”, la institución creada por Khomeini en 1989 para administrar los bienes expropiados por el Gobierno a los enemigos del régimen. Esta institución ha sido una de las principales fuentes de enriquecimento de los “Guardianes”.
Por último, el nombramiento de Ahmed Vahidi como ministro de Interior ratifica la hegemonía política de los “Guardianes y el Kud en el Irán de hoy. Vahidi estuvo durante años en la lista de fugitivos de Interpol porque el Gobierno argentino le consideró principal responsable del mortífero atentado perpetrado en 1994 en Buenos Aires contra el centro cultural sionista “Amia”.