Hasta ahora, el compuesto más prometedor para el tratamiento de COVID-19 es el retroviral remdesivir.
Washington, D.C.–El SARS-CoV-2, el virus que causa la enfermedad COVID-19 es más transmisible, pero tiene una tasa de mortalidad más baja que su hermano, el SARS-CoV, según un artículo de revisión publicado esta semana en Antimicrobial Agents and Chemotherapy, una revista de la Sociedad Americana de Microbiología.
En humanos, los coronavirus causan principalmente infecciones respiratorias. Las personas con SARS-CoV-2 pueden permanecer asintomáticas durante 2 a 14 días después de la infección. Algunas personas probablemente transmiten el virus sin desarrollar síntomas de la enfermedad.
Hasta ahora, el compuesto más prometedor para el tratamiento de COVID-19 es el retroviral remdesivir. Actualmente se encuentra en ensayos clínicos para tratar las infecciones por el virus del Ébola.
Ensayo profiláctico
Remdesivir se probó recientemente en un modelo de primates no humanos de infección por MERS-CoV. El tratamiento profiláctico 24 horas antes de la inoculación evitó que el MERS-CoV causara enfermedad clínica e inhibió la replicación viral en los tejidos pulmonares, evitando la formación de lesiones pulmonares.
El inicio del tratamiento 12 horas después de la inoculación del virus fue igualmente efectivo.
Remdesivir también ha demostrado su eficacia contra una amplia gama de coronavirus. Ya se ha sometido a pruebas de seguridad en ensayos clínicos para el Ébola, lo que reduce el tiempo que sería necesario para realizar ensayos clínicos para el SARS-CoV-2.
La barrera de especies
Sin embargo, queda mucho trabajo por hacer para comprender mejor la mecánica del SARS-CoV-2. Por ejemplo, comprender cómo el SARS-CoV-2 interactúa con el receptor ACE2 del huésped, por el cual el SARS-CoV-2 ingresa al huésped (ya sea humano o animal), podría revelar cómo este virus superó la barrera de especies entre animales, animales y humanos. Esto también podría conducir al diseño de nuevos retrovirales.
Aunque los coronavirus son comunes en los murciélagos, hasta la fecha no se ha identificado una fuente animal directa de la epidemia, según el informe.
«Es fundamental identificar las especies intermedias para detener la propagación actual y prevenir futuras epidemias de coronavirus humanas relacionadas con el SARS», escriben los investigadores.