Un líder que se comunica bien con su equipo y con su público, su pueblo tiene parte del éxito garantizado. La otra parte es el trabajo, las acciones realizadas o por realizar en pos de obtener el objetivo trazado.
Por Mercedes Castillo
La comunicación humana es mágica, maravillosa, tiene el poder de solucionar los problemas a través del diálogo sincero entre las partes, de lo contrario, se resuelven por la vía de la violencia.
La comunicación, es una de las actividades humanas más importante para la sana convivencia y desarrollo de la humanidad. El mundo es liderado a través de la comunicación. La diplomacia es parte de la misma.
De hecho, ninguna persona o líder nacional, (presidente de la república y otros), local, sectorial, empresarial, sindical, social, eclesial, comunitario o de instituciones públicas o privadas alcanza el éxito u objetivo planteado sin darle la real importancia que tiene la comunicación en el seno de la institución que dirige y en el seno de toda de la sociedad.
La correcta conducción y arbitraje de una sociedad o de una institución pasa por la prueba de la buena ejecutoria comunicacional.
Un líder que se comunica bien con su equipo y con su público, su pueblo tiene parte del éxito garantizado. La otra parte es el trabajo, las acciones realizadas o por realizar en pos de obtener el objetivo trazado.
El éxito pasa también por el profundo conocimiento que tenga el líder de la institución o país que dirige. Quienes son sus integrantes, sus necesidades y prioridades. Conocer su historia, su presente, su misión, visión, sus valores, objetivos, metas y ejecución de proyectos y programas a lograr.
Un líder o dirigente debe predicar con el ejemplo, es decir, saber liderarse así mismo, tratar a su equipo con respeto, consideración. Motivar al cumplimiento del deber, importarle la suerte de cada colaborador, hacerlo participe del desarrollo de la institución y o país por medio de un proceso de comunicación adecuado.
El buen líder tiene el deber y la obligación de comunicarse presencial o virtualmente con su equipo de trabajo. Pero debe ser una comunicación dialógica, horizontal y respetuosa en la que los colaboradores, empleados puedan expresar libremente sus pareceres sobre los temas a tratar, para de esa manera lograr un verdadero proceso de realimentación institucional, muy necesario para su buena marcha.
Definitivamente, sin comunicación dialógica, humana no se podrá conseguir una buena gobernanza, confianza de los dirigidos, su respeto y un desarrollo institucional seguro y armonioso. Ojala quienes dirigen comprendan y apliquen lo expuesto. Enhorabuena.