El aumento del flujo migratorio y el apoyo al desarrollo social de países emisores de migrantes en la región, ocuparon parte de la conversación entre los dos mandatarios.
Miami, EE.UU. — Los presidentes de Estados Unidos, Joe Biden, y de México, Andrés Manuel López Obrador, discutieron el viernes en una llamada telefónica la cooperación bilateral en materia migratoria así como otras cuestiones que atañen a ambas naciones, de cara a la próxima celebración de la Cumbre de las Américas.
“El compromiso entre los dos presidentes fue continuar esa cooperación bilateral”, dijo a la Voz de América Juan González, quien funge como asistente especial de Seguridad Nacional del presidente Biden y director principal de Asuntos para el Hemisferio Occidental.
González explicó, sin embargo, que gran parte de la conversación la ocupó el enfoque económico con el objetivo de “crear oportunidades de trabajo, inversión del sector privado en el sur de México”, así como la colaboración de importantes entidades estadounidenses con el norte de Centroamérica y el resto del hemisferio de cara a la Cumbre de las Américas que tendrá lugar en Los Ángeles en junio venidero para así hacer frente a los motivos principales de la inmigración irregular.
En tanto el presidente López Obrador destacó que la charla abordó “la relación bilateral”, y adelantó que el canciller Marcelo Ebrard visitará Washington la próxima semana.
Ninguno de los dos gobiernos ha emitido un comunicado oficial hasta la fecha.
Más temprano el viernes dos altos funcionarios de la Casa Blanca explicaron en una rueda de prensa telefónica que la inmigración irregular es un aspecto que ha ocupado desde hace tiempo el trabajo de ambos gobiernos.
“Hemos estado trabajando en estrecha colaboración con México para gestionar, mitigar y reducir la migración irregular, especialmente mientras planeamos juntos el fin del uso de la autoridad del Título 42 a fines de mayo», dijo uno de los funcionarios.
La Administración anunció el fin del Título 42 para el venidero 23 de mayo, pero esta semana un juez federal del sureño estado de Louisiana dejó sin efecto, de manera temporal, la orden de poner fin a la medida, implantada al comienzo de la pandemia por la administración Trump y que, en base a cuestiones de salud, permite la expulsión expedita de migrantes.
Washington ha apostado por «una respuesta coordinada para aumentar el personal y los recursos adicionales en ambos lados de nuestra frontera para asegurarnos de que tenemos una respuesta ordenada y humana», explicó otro de los funcionarios a la prensa.
El flujo de inmigrantes que llegan a Estados Unidos, sin los documentos requeridos, ha aumentado de manera considerable en el último año, elevando las cifras a niveles sin precedentes en las dos décadas anteriores, según despachos de la Oficina de la Patrulla Fronteriza (CBP, por sus siglas en inglés).
Las autoridades estadounidenses detuvieron a migrantes en 221.303 ocasiones en la frontera con México durante el pasado mes de marzo, un incremento del 34% respecto al mes anterior, indicó CBP.
Ambos gobiernos tienen marcadas diferencias estratégicas como señaló uno de los funcionarios, sin embargo, aseveró, «la Administración Biden quiere «poder trabajar constructivamente en áreas de diferencia y compartimentar esas diferencias sin socavar la relación más amplia».
Este mes el mandatario mexicano ordenó cerrar una selecta unidad antinarcóticos que durante un cuarto de siglo trabajó mano a mano con la agencia antidroga de Estados Unidos (DEA) en el combate al crimen organizado, informó la agencia Reuters.
Se trata de una de las unidades de investigaciones especiales (SIU, por sus siglas en inglés) que operan en unos 15 países y que los funcionarios estadounidenses consideran invaluables para desmantelar poderosas redes de contrabando y atrapar a innumerables capos de la droga en todo el mundo.