«Y es que, el estrés es poderosamente vengativo, alterando el sistema intestinal, cardiovascular y neurológico; por algo tenemos mala memoria. Incluso, le encanta lanzar misiles al sistema inmunológico, haciendo que los tensos y ansiosos siempre estén cansados y agarren cuanto virus les pase por el lado.»
Por: María Marín
No es casualidad que las palabras estrés y estreñimiento empiezan iguales… Una amiga de la infancia me llamó desde el hospital con el peor dolor de su vida: un punzante cólico estomacal acompañado por un estreñimiento crónico, una insoportable invasión de hemorroides y un preocupante sangrado rectal.
Tras varias semanas de tratamientos y exámenes médicos se descubrió que tan dolorosa e incómoda condición no era causada por una alimentación baja en fibra (pues ella siempre ha comido muy saludable), una ulcera estomacal y mucho menos, por un cáncer de colon. ¡Todo fue culpa del estrés!
Y lo más increíble es que ella no se había enterado de la tensión tan aplastante que cargaba su cuerpo; que además de afectar su sistema digestivo, le provocó ronchas en la piel. Y es que, el estrés es poderosamente vengativo, alterando el sistema intestinal, cardiovascular y neurológico; por algo tenemos mala memoria. Incluso, le encanta lanzar misiles al sistema inmunológico, haciendo que los tensos y ansiosos siempre estén cansados y agarren cuanto virus les pase por el lado.
Y eso me hace pensar que si la situación mundial tiene a muchos tan agobiados, con razón hemos visto tantos contagios de influenza y catarro recientemente.
Aunque sabía que vivir preocupado y en modo “corre y corre” es una fábrica de enfermedades mentales y físicas, ver el caso de mi productora me ha llevado a “bajar revoluciones” y concientizar a otros.
Este 31 de diciembre, olvídate por un tiempo de esas “resoluciones canosas” que arrastras enero tras enero y mejor, preocúpate por identificar lo que te estresa. Que tu prioridad sea el ejercicio físico y adquirir nuevos hábitos anti estrés.
Mi amiga me contó que como no tiene paciencia para practicar yoga o meditar, empezó a pasar más tiempo con su perro, ya que está probado que compartir con una mascota hace liberar oxitocina, el químico cerebral que aumenta el ánimo. También comenzó a tomar diariamente té de Toronjil o Melisa para calmarse. Además, empezó a escribir cada día las mejores listas anti estrés; una agradeciendo las cosas buenas del día y otra con las cosas por hacer el próximo día.
Cálmate ya, por un 2023 menos estresante y más saludable