Autoridades de la diócesis señalaron que el objetivo de la declaración es resolver los casos legales de manera justa y equitativa, manteniendo su misión de servicio. (Foto: Cortesía de la Voz de América).
  • Ogdensburg es la sexta de las ocho diócesis de Nueva York en declararse y acogerse al Capítulo 11, una lista que también incluye a otras con sede en Buffalo, Rochester y Rockville Center en Long Island
  • Los abogados de los afectados argumentan que la diócesis pone sus propios intereses por encima de la rendición de cuentas

Ogdensburg, Nueva York — La Diócesis Católica Romana de Ogdensburg, en el norte de Nueva York, anunció el lunes que solicitará la protección por bancarrota en un momento en el que enfrenta más de 100 demandas por abuso sexual.

La diócesis, al igual que otras en el estado, lidia con demandas que datan de cuando las autoridades de Nueva York suspendieron temporalmente el estatuto de limitaciones a fin de dar a las víctimas de abuso infantil la capacidad de presentar acusaciones, incluso de incidentes ocurridos décadas atrás, contra miembros del clero, profesores, líderes de Boy Scouts y otras figuras de la comunidad.

El obispo de Ogdensburg, Terry R. LaValley, dijo que había 124 casos pendientes contra la diócesis, con reclamos que datan desde la década de 1940 hasta la década de 1990, informa la Voz de América.

Ogdensburg es la sexta de las ocho diócesis de Nueva York en declararse en bancarrota del Capítulo 11, una lista que también incluye a otras con sede en Buffalo, Rochester y Rockville Center en Long Island.

Ogdensburg abarca un área grande, pero en gran parte rural, y sus 81 parroquias son las menos de cualquier diócesis en el estado.

Autoridades de la diócesis señalaron que el objetivo de la declaración es resolver los casos legales de manera justa y equitativa, manteniendo su misión de servicio.

“Solicitar una reorganización no obstaculiza los reclamos presentados por los sobrevivientes”, subrayó LaValley en un comunicado preparado. “En cambio, establece un proceso para que todos los reclamos sean tratados de manera justa”.

Los abogados de los afectados argumentan que la diócesis pone sus propios intereses por encima de la rendición de cuentas.

“Al declararse en bancarrota, la diócesis obstruye a sabiendas la tan esperada oportunidad de los afectados de decir su versión; ser escuchado, ser reconocido”, dijo la abogada Cynthia LaFave en un comunicado preparado.