Durante su visita a Mongolia, Francisco envió un mensaje de esperanza a los católicos en China acompañado por el Obispo de Hong Kong, Mons. Stephen Chow Sau-yan, SJ y su predecesor, el Cardenal John Tong Hon, OFM
Ulán Bator, Mongolia — En un gesto que no estaba anunciado de manera oficial, el Papa Francisco envió un mensaje a los católicos de China acompañado por el Obispo de Hong Kong, Mons. Stephen Chow Sau-yan, SJ y su predecesor, el Cardenal John Tong Hon, OFM.
Cuando estaba previsto que el Pontífice respondiera a las palabras de agradecimiento del Prefecto Apostólico de Ulán Bator, Cardenal Giorgio Marengo, se acercaron hasta él ambos Prelados. Así unidos, los presentes acompañaron el momento con un aplauso.
El Papa Francisco pidió que le acercaran el micrófono y explicó quienes le acompañaban junto al altar. A continuación, sin soltar sus manos, dijo:
“Quiero aprovechar su presencia para enviar un caluroso saludo al noble pueblo chino. A todo el pueblo le deseo lo mejor y que vaya siempre adelante, que progrese siempre. Pido a los católicos chinos que sean buenos cristianos y buenos ciudadanos. A todos lo mejor”.
Ante los gestos agradecidos de los Obispos, el Papa añadió: “Un jesuita y un salesiano”.
Mons. Chow será ordenado cardenal en el consistorio que tendrá lugar en el Vaticano a finales de mes. Hasta su nombramiento como obispo en 2021, ejerció como superior provincial de la Provincia Jesuita China desde 2018, informa ACI-Prensa.
Su predecesor, Cardenal Tong, estuvo al frente de la Diócesis de Hong Kong desde enero de 2019, cuando falleció de forma inesperada Mons. Michael Yeung-cheung.
En 2020, en medio de la represión de las libertades ejercida por la dictadura comunista china tras la entrada en vigor de la Ley de Seguridad Nacional de 2020, envió una carta a los sacerdotes sobre el lenguaje a emplear en las homilías.
Sin aludir a la coyuntura de ese momento en Hong Kong, alertó de que “las expresiones difamatorias y ofensivas que insinúan o instigan al odio y al desorden social son anticristianas e inapropiadas para la liturgia”.
Con anterioridad, se había manifestado a favor de la Ley de Seguridad Nacional alegando que «no tendría ningún efecto» sobre la libertad religiosa de la Iglesia local.
La Consagración de Mons. Chow como obispo fue retrasada desde su designación debido a las protestas que se vivieron en esos años en Hong Kong.