Lo cierto es que, más allá del “show business”, ese histórico debate podría marcar una pauta para que la política en la República Dominicana tome el redil de la decencia y la altura requerida, tan anhelada por muchos sectores nacionales
El debate electoral televisado realizado la noche del lunes entre cinco aspirantes a la senaduría por el Distrito Nacional, podría ser una señal de que aún no se ha perdido todo en el pantano democrático de la política vernácula.
El encuentro fue transmitido a las 7:00 p.m., en vivo a través de una amplia cadena de medios y plataformas, entre ellos El Nuevo Diario TV, RTVD canal 4, Rumba 98.5 FM, Su Mundo TV, Ruta 66, Super Canal 33, Telefuturo 23, Metro TV Canal 10, VTV Canal 32, Carivisión, La Voz del Trópico, El Pregonero TV, así como otras importante plataformas informativas.
El careo poco usual del diálogo político estuvo la mar de interesante. No por las figuras nuevas y/o conocidas en el viejo trajinar, sino por el contenido temático y el intercambio de ideas civilizado sobre temas de interés medular para el país, sin que la sangre llegue al río.
El estilo mesurado y de escarpelo de Guillermo Moreno, candidato del PRM y AlPaís, contrastó con el arrojo y el carácter directo de Vinicio Castillo Semán, candidato del Partido Reformista Social Cristiano, “ambos veteranos de la vieja guardia” política.
Mientras que la postura del “milennial” Omar Fernández, de la Alianza Rescate-RD, de rigurosa y extrema formalidad en su exposición, por momentos se vio abrumada por la “descarga” decidida de Castillo Semán sobre su labor en el Congreso.
No menos llamativo el desempeño de los “baby boomers” Carlos Rubio, candidato por el Partido Generación de Servidores, y el diputado Eric Ortiz, aspirante a senador por el Distrito Nacional del Partido Opción Democrática (OD).
El primero preciso, directo y descarnado en las temáticas; y el segundo, más elaborado, menos incisivo pero lleno de argumentos convincentes.
Lo cierto es que, más allá del “show business”, ese histórico debate podría marcar una pauta para que la política en la República Dominicana tome el redil de la decencia y la altura requerida, tan anhelada por muchos sectores nacionales.
Además, que se abandone para siempre la indeseable y bajuna práctica de insultar y denostar al contrincante. La política “de vida o muerte”, huérfana de ideas y de temas de interés para el electorado. Ese cambio, en el fondo, es el deseo de la gran mayoría del electorado desde hace varias generaciones.
Ojalá que el escenario de debate electoral civilizado necesario, en este caso propuesto y hecho realidad por el Consejo de Desarrollo Económico y Social de Santo Domingo (CODESSD), cale en lo más profundo del seno y la voluntad de los partidos políticos tanto en el fondo como en la forma, tal y como lo desea la ciudadanía.
Tal vez los aspirantes a presidente se animan y brindan al pueblo dominicano una cátedra de política de altura, como realmente se la merece, y menos comedia bufa y hueca de contenido, más a tono con la realidad que requieren el momento histórico y las circunstancias actuales.