Los restos de Doña Dominga Estevez Peña serán expuestos este lunes 20 de enero a partir de las 6 de la noche hasta las 12 de la madrugada en la Funeraria Caballero Rivero, localizada en el 373 West de la 9 St en Hialeah, Fl, 33010
Miami, Florida. – Gran pesar reina entre la comunidad dominicana en la Florida, tras fallecimiento de doña Dominga Estevez Peña, quien fuera hasta la semana pasada, la enfermera más longeva entre la diáspora y cuya labor filantrópica durante la pandemia del COVID y antes de ello, repercutió grandemente entre la comunidad hispana en general.
Doña Dominga, nacida en el año 1929 en Dajabón, fue un pilar de obras sociales, no solo como enfermera graduada en la Universidad Autónoma de Santo Domingo, UASD, llegando a laboral para hospitales en Puerto Rico y luego en Florida, sino que además también se destacó durante la pandemia, donde con casi 100 años, estuvo tejiendo con sus manos gorritos para niños con cáncer del Saint Jude Hospital, cosiendo mascarillas, entre otros servicios y también obras a través de Clubes de Leones.
Justo previo deceso, el año pasado el Consulado General de la República Dominicana en Miami, representado por la doctora Geanilda Vásquez, cónsul general, adjunto al INDEX, del Ministerio de Relaciones Exteriores de la República Dominicana en la persona de Richard Montilla y Soledad Cruz, director en Miami y encargada de Asuntos Comunitarios de manera respectiva, entregaron un reconocimiento en virtud de sus méritos profesionales y humanistas.
De acuerdo la empresaria del sector gastronómico y estético, Martha Sang, “su madre falleció en el seno de su hogar, rodeada del calor de sus hijos, a los cuales inculcó valores para servir con bien a la sociedad, mientras que aspiró a dejar el mejor de los legados en su responsabilidad no solo como personal de salud, sino como una dominicana apegada a sus raíces y obras de bien.”
“De mi madre, podemos todos sus hijos decir tantas cosas positivas aprendidas de ella, que faltaría espacio y tiempo. Casada con mi padre Juan Ramón Peña, que hoy queda viudo, con más de 64 años de matrimonio y 7 hijos, fue un ejemplo para esta sociedad y nosotros.
Su mejor aporte será su obra social. En mi restaurante la veíamos junto a mi esposo Domingo Sang y la familia, como a sus casi 100 años, quería sentirse útil, doblaba servilletas y ayudaba hasta en arreglar mesas y si la dejábamos, hasta la cocina quería tomar. Esa maravilla de mujer era mi madre Dominga.”
Su cuerpo será velado de acuerdo estableció en su voluntad doña Dominga.
A partir de las 6 de la tarde este lunes 20 de enero y hasta las 12 de la media noche, familiares y allegados compartirán un servicio funerario en honor a esta dama representativa de los dominicanos en la Florida, en una de las capillas de la Funeraria Caballero Rivero en Hialeah, donde vivió por varios años.
Caballero Rivero está localizada en el 373 West de la 9 St de Hialeah del zip code, 33010, donde además se darán cita representantes de entidades sociales comunitarias.
Breve sobre la vida productiva de Doña Dominga Estevez Peña
Nació en Dajabón el 4 de agosto del 1929, hija de Antonio Estévez y Dominga Cueva. Estudio en el Colegio La Altagracia allí, cuyos terrenos para su construcción fueron donados por su padre. Egresada de la carrera de Enfermería en la Universidad Autónoma de Santo Domingo, también se graduó allí de Técnico de Rayos X.
De sus 7 hijos procreados con Juan Ramón Peña en sus 64 años de matrimonio, 4 de ellos nacieron en la República Dominicana y 3 en Puerto Rico, donde emigró tras haber laborado por diferentes centros de salud del país, previa graduación como enfermera, vocación que la lleva a trabajar en los hospitales Juan Pablo Pina en San Cristóbal, Ricardo Limardo en Puerto Plata, Centro de Vacunación y Rayos X del Plan Piloto en San Cristóbal, Clínica Rural de la Cruz de Manzanillo y él que fue prácticamente su casa, el Hospital Robert Read Cabral.
En ambos centros, responsable de su profesión, salvando vidas al lado del médico de turno, Doña Dominga, contribuyó con aumentar la esperanza para miles de infantes que pasaron por sus cuidados y esmero de atención, sobre todo en el “Angelita”, Robert Read Cabral. Luego emigró a Puerto Rico, donde laboró para Hospitales como El Presbiteriano en el Condado, Centro Médico y Hospital Saint Croix en Islas Vírgenes y otros en Florida.