La ciudad colombiana de Medellín, que un día estuvo sumida en la violencia en medio de la guerra del Estado contra el cártel de Medellín y su líder Pablo Escobar, hoy se enorgullece de haber dejado atrás el pasado sangriento para recibir turistas de todo el mundo, señala nuestra aliada de medios, la Voz de América.
Medellín, Colombia — Muchos de los habitantes de Medellín todavía recuerdan con miedo las oscuras horas de terror que vivieron en esa ciudad hace 30 años, cuando el Estado colombiano libró una guerra contra el cártel de Medellín que lideraba el narcotraficante Pablo Escobar.
El pasado 2 de diciembre se cumplieron tres décadas de aquel día en 1993, cuando un operativo policial puso fin a la vida del mundialmente conocido capo colombiano. Aquella tarde, un día después de que cumpliera 44 años de edad, terminó su carrera criminal que había comenzado desde muy joven en negocios de contrabando.
Como líder del cártel de Medellín, a través de esta organización, Escobar exportó millones de toneladas de cocaína a Estados Unidos y al mundo. A su paso dejó una estela de horror y muerte que incluyó cientos de atentados con carros bomba.
“Hace 30 años se vivía una inseguridad, usted salía y no sabía si volvía a su casa, usted hacía un negocio y no sabía si le tocaba cerrarlo porque la violencia se lo iba a hacer cerrar”, contó a la Voz de América Hoover Lopera, dueño de un restaurante ubicado en el centro de la ciudad.
A tres décadas de la desaparición física de Escobar, los residentes de Medellín trabajan incansablemente por dejar en el pasado esas páginas sangrientas, que la llevaron a ser considerada como la ciudad más peligrosa del mundo.
Lopera, que dejó su negocio de venta de tenis por un restaurante hace unos meses, recuerda cómo vivió de cerca los 17 años de persecución hasta la captura de Pablo Escobar.
“Lentamente, esto se ha ido transformando al punto de que hoy en día ya la gente está más tranquila, ya la gente tiene una mentalidad diferente, ya de pronto la gente joven se ha dado cuenta de que no es con la violencia, que no es con la delincuencia, que no es con la ilegalidad que se puede lograr salir adelante”, afirmó.
Medellín, la ciudad que florece todos los días del año, se ha convertido en un referente turístico de Colombia. De acuerdo con datos del Sistema de Inteligencia Turística de Medellín, más de 1.400.000 personas visitaron la ciudad de la eterna primavera en 2022.
La revista Time catalogó a la ciudad de Medellín como una de las 50 mejores del mundo para visitar en 2023, resaltando las experiencias creativas únicas y la transformación social. Un ejemplo es la comuna 13, un barrio en la montaña con escaleras eléctricas al aire libre y con cientos de restaurantes y bares en su entorno. Millones de turistas recorren sus estrechos y coloridos corredores todos los días del año.
“La historia de Medellín se cuenta desde los barrios (…) se logra ver la transformación de lo que ha pasado en estos 30 años. Por eso en Medellín hemos propiciado muchas estrategias de turismo comunitario (…) son experiencias muy bonitas que generan ingresos a las personas del territorio», dijo a la VOA Mauricio Valencia, Secretario de Desarrollo Económico de Medellín.
En esta ciudad, uno de los pocos lugares que aún recuerda la memoria del narcotraficante es el barrio «Pablo Escobar», un poblado que se levantó a partir de las donaciones de casas que hizo el capo para favorecer a personas de bajos ingresos. Algunos murales y un museo sobresalen en sus calles.
Uno de los elementos importantes del boom turístico que vive Medellín es la imagen positiva que están dejando artistas como J Balvin, Maluma, Karol G, Juanes y otros, quienes encabezan un destacado grupo de talentosos cantantes que se han convertido en embajadores de la ciudad.
“Algo muy importante es que Medellín logró tener una marca ciudad, cada vez nos importa más cómo nos ven en el mundo muy pertinente con el tema, que antes nos veían muy relacionados con Pablo Escobar y ahora -en la última vez que estuve en el exterior- nos relacionaban con el café, con Shakira, con Maluma y eso es algo muy bonito y le estamos apostando mucho a la imagen de la ciudad en el mundo”, resaltó Valencia.
También emblemático de Medellín es la Plaza Botero, un sitio que está en restauración y donde se exhiben 23 esculturas en bronce donadas por el artista de la plástica Fernando Botero, quien falleció este año. La administración local informó que ha invertido importantes recursos para la restauración en curso.
«Ha cambiado la conciencia de las personas», dijo a Wberney Zabala, líder del barrio «Pablo Escobar», quien aseguró que la comunidad se quiere asegurar que ninguna obra nueva se relacione con la vida ni la historia del narcotraficante. «Queremos surgir, arrancar con nuevos procesos, que nuestros jóvenes no tengan que seguir la misma historia», concluyó Zabala.