El mercadillo navideño fue inaugurado por la alcaldesa, Carolina Mejía, y está instalado en la zona más antigua de Santo Domingo y las Américas.

Es la primera vez que el ADN instala una actividad comercial de estas características donde combina recreación, artesanía y antigüedades en el corazón de la Zona Colonial.

Santo Domingo, República Dominicana–La Alcaldía del Distrito Nacional efectuó este domingo un mercadillo navideño, con la participación de más de 40 artesanos de diversas ramas.

Las creaciones, mostradas por la alcaldesa Carolina Mejía, fueron elaboradas en madera, hueso, barro, pintura, metales, fibras naturales, Larimar, Ámbar y gastronomía.

Las creaciones fueron expuestas, incluyendo la gastronomía, directamente por los artesanos en la Plazoleta María de Toledo, de la calle Las Damas de la Ciudad Colonial desde las 10:00 de la mañana, hasta las 5:00 de la tarde.

Los trabajos fueron confeccionados en madera, hueso, barro, pintura, metales, fibras naturales, Larimar, Ámbar, gastronomía; y los que siempre venden los domingos sus antigüedades, (que se llaman El Rastro) taller de muñecas de trapo impartidos por la Escuela de artesanía del Ministerio de Turismo. Además, hubo presentaciones artísticas, actividades de animación infantil y otros entretenimientos que los asistentes pudieron disfrutar durante más de 8 horas.

La actividad promueve el consumo local de los regalos, motivando a apoyar a nuestros artesanos y artesanas de la ciudad en este tiempo de pandemia.

Es la primera vez que el ADN monta una actividad comercial de estas características, donde los presentes pudieron adquirir sus regalos navideños consumiendo artesanía local y también disfrutar de presentaciones artísticas y recreativas para grandes y chicos.

Esta actividad promueve el consumo local de los regalos, motivando a apoyar a nuestros artesanos y artesanas de la ciudad en este tiempo en que la pandemia ha causado efectos no sólo en la salud, sino también en la economía de estas familias.

El mercadillo navideño fue instalado en la zona más antigua de Santo Domingo y las Américas, donde los participantes, además de disfrutar de esta majestuosa arquitectura, pudieron adquirir artesanía, comida, escuchar música de la época, entre otros entretenimientos.

Durante el evento hubo un Brindis de Café Santo Domingo y de Chocolate Cortés; así como el respaldo del Voluntariado Banreservas.