Para el presidente de la Alianza Dominicana Contra la Corrupción (Adocco), Julio César de la Rosa, los casos de Odebrecht, Super Tucano y Los Tres Brazos, ponen en evidencia la debilidad en los procesos judiciales
Santo Domingo, República Dominicana – Los casos de corrupción que no encontraron respuesta en el sistema de justicia deben llamar la atención de qué se está persiguiendo realmente.
Para el presidente de la Alianza Dominicana Contra la Corrupción (Adocco), Julio César de la Rosa, los casos de Odebrecht, Super Tucano y Los Tres Brazos, ponen en evidencia la debilidad en los procesos judiciales.
Sobre todo en las fases de investigación, recopilación de pruebas y la estructuración de un expediente que cuando va al laboratorio de la Judicatura, entiéndase a los tribunales, los jueces no tengan otra tarea que no sea la de aplicar la pena que conllevaría el crimen cometido.
“Si como establece el Código Penal, la sanción a todo aquel que haya cometido una infracción, un delito o un crimen, debe responder por él”, indica el presidente de ADOCCO.
Añade que el Ministerio Público tiene la responsabilidad como el representante del Ejecutivo, que tiene como misión la política criminal del Estado, esto debe necesariamente llamar la atención y hacer una reingeniería del sistema”, explicó.
De la Rosa señala que el efecto de la pena es al mismo tiempo sancionar al infractor, pero también prevenir a aquel que no ha cometido la infracción para que no incurra en ella.
Organismos de control
“Por ello, es sumamente importante que los casos sean bien estructurados y esto se puede lograr si funcionan los organismos de control como la Cámara de Cuentas, porque si se tienen las evidencias, si se tienen las pruebas, si se tienen los testimonios, evidentemente que el resultado hubiese sido totalmente diferente al que se ha producido con estos tres casos emblemáticos, Tucano, Odebrecht y Los Tres Brazos”, afirmó.
Califica penoso que finalmente la percepción de la impunidad aumenta en cada uno de estos casos, algo que se debe evitar porque la corrupción podría convertirse en una actividad normal en el país.