El Alto Comisionado de Nueva Zelanda, Peter Lund, a la derecha, y el personal militar se paran en un muelle en Nuku'alofa, Tonga, el 21 de enero de 2022 después de recibir un barco de Nueva Zelanda que llevó provisiones para la nación afectada. (Foto: Cortesía de la Voz de América).

Las afectaciones por el desastre natural alcanzan al 87% de los habitantes, estiman agencias humanitarias. La prioridad principal son la restauración de los enlaces telefónicos e Internet, así como el suministro de agua potable para aproximadamente la mitad de la población.

Ginebra, Suiza — Los esfuerzos para ayudar a las decenas de miles de personas afectadas por la desastrosa erupción volcánica de Tonga están comenzando a cobrar impulso, con las primeras llegadas de ayuda por avión y barco desde Nueva Zelanda y Australia.

Aún se desconoce el alcance total de los daños y las necesidades. Sin embargo, las agencias humanitarias dicen que alrededor del 87 por ciento de las 100.000 personas de la isla del Pacífico Sur se han visto afectadas por la ceniza volcánica y el tsunami provocado por la erupción submarina.

Las evaluaciones de los daños del gobierno y de fuentes internacionales están llegando poco a poco. Visto así, las mayores prioridades son la restauración de los enlaces telefónicos e Internet, así como el suministro de agua potable para aproximadamente la mitad de la población.

El Programa Mundial de Alimentos (PMA) advierte sobre una posible escasez de alimentos porque todos los sectores agrícolas se han visto gravemente afectados, desde los cultivos hasta la ganadería y la pesca. El portavoz del PMA, Tomson Phiri, dice que las estimaciones iniciales muestran que hasta 12.000 familias agrícolas se han visto afectadas.

“Se estima que aproximadamente entre el 60 y el 70 por ciento de las familias dedicadas a la crianza de ganado se vieron afectadas”, dijo Phiri, un sobreviviente, es posible que queden muy pocos pastos y suministros de agua no contaminados”.

Si bien finalmente se está iniciando una operación de ayuda a gran escala, las Naciones Unidas advierten que el volcán aún está activo y que Tonga aún no está fuera de peligro.
Otra preocupación es que Tonga, que está libre de COVID-19, lo siga siendo y no tenga el coronavirus ingresando al país durante la entrega de la ayuda.

El portavoz de la Oficina de Coordinación de Asuntos Humanitarios de la ONU, Jens Laerke, dice que la primera regla de la acción humanitaria es no hacer daño, y agregó que existen protocolos muy estrictos para evitar que eso suceda.

“El piloto permaneciendo en la cabina. Una gran tripulación de gente local descargando el avión y los pilotos despegando sin salir del avión”, dijo Laerke. “También podrían ser barcos que van a puerto y son descargados por grúas; también para que la tripulación del barco no entre en la isla”, recomendó.

La Organización Mundial de la Salud dice que todas las instalaciones médicas en la isla están operativas. Señala que el aire es tóxico debido a la ceniza y el polvo levantados por la erupción volcánica y dice que está instando a las personas en el lugar a permanecer en el interior y usar máscaras cuando se aventuren a salir.