Antes de concluir su visita, Blinken recordó que el próximo mes de octubre, durante la Asamblea General de las Naciones Unidas, se discutirá nuevamente la situación de Haití, lo que representa una nueva oportunidad para abordar los desafíos que enfrenta la región.

La partida de Antony Blinken se produjo bajo estrictas medidas de seguridad en el Aeropuerto Internacional de Las Américas, como parte de las medidas preventivas ante la salida del alto funcionario del gobierno estadounidense

Santo Domingo, República Dominicana – El secretario de Estado de los Estados Unidos, Antony Blinken, concluyó su visita oficial a la República Dominicana este viernes y partió hacia su país a las 3:45 de la tarde a bordo de la misma aeronave oficial que lo trajo al Aeropuerto Internacional de Las Américas, José Francisco Peña Gómez.

La visita de Blinken formó parte de un viaje que también incluyó una parada en Puerto Príncipe, Haití, donde sostuvo reuniones con el primer ministro haitiano y otros funcionarios de gobierno.

Blinken llegó a Santo Domingo la noche del jueves procedente de Puerto Príncipe, para reunirse con el presidente dominicano, Luis Abinader, en el Palacio Nacional. En la reunión, además del jefe de Estado dominicano, participaron algunos funcionarios y colaboradores del gobierno.

El encuentro, que se extendió por más de una hora, se centró en la situación de Haití y en la colaboración entre la República Dominicana y Estados Unidos para mejorar las condiciones en el vecino país. La reunión culminó con una rueda de prensa conjunta a las 11:15 de la mañana de este viernes.

Durante la reunión, tanto Blinken como Abinader resaltaron la importancia de mantener una alianza estratégica entre Estados Unidos y la República Dominicana.

Abinader destacó los esfuerzos del país para gestionar la carga que representa la gran cantidad de haitianos indocumentados que utilizan los servicios públicos dominicanos y subrayó que la seguridad de la República Dominicana es prioritaria, con la estabilidad del país como objetivo principal de cualquier acción.

Por su parte, Blinken agradeció los esfuerzos de la República Dominicana para contribuir a mejorar la situación en Haití y reafirmó el compromiso de Estados Unidos como un aliado constante. Aunque mostró un ligero optimismo ante ciertos avances en Haití, como la apertura de hospitales, calles y negocios, también reconoció que aún persisten «muchos desafíos pendientes».

Ambos líderes coincidieron en la necesidad de seguir trabajando de manera conjunta para enfrentar los retos que plantea la crisis haitiana, reafirmando su disposición a colaborar con las autoridades dominicanas en el fortalecimiento de las relaciones bilaterales.

Antes de concluir su visita, Blinken recordó que el próximo mes de octubre, durante la Asamblea General de las Naciones Unidas, se discutirá nuevamente la situación de Haití, lo que representa una nueva oportunidad para abordar los desafíos que enfrenta la región.

La partida de Blinken se produjo bajo estrictas medidas de seguridad en el Aeropuerto Internacional de Las Américas, como parte del protocolo preventivo ante la salida del alto funcionario del gobierno estadounidense.