En una sesión especial el lunes en la tarde, el Consejo de Seguridad apoyó el pedido del secretario general de la ONU, Antonio Guterres, de desplegar una fuerza internacional en Haití ante el empuje de las pandillas.
Miami, EEUU — La violencia desatada por las pandillas en Haití, el reciente brote de cólera y la inestabilidad social en ese país llevaron el lunes a celebrar una reunión especial con vistas a que el Consejo de Seguridad de la ONU pidiera acción urgente para la isla caribeña.
“Los miembros de este consejo tienen que actuar de forma decisiva para ayudar a abordar el flagelo persistente de inseguridad y corrupción en Haití”, dijo Helen la Lime, la representante especial para Haití del secretario general de la ONU, Antonio Guterres, al presentar su informe.
La sesión vespertina del Consejo apoyó un pedido hecho por Guterres más temprano el mismo día para adoptar medidas contundentes para destrabar la compleja situación en Haití.
“En las circunstancias actuales, necesitamos una acción armada para liberar el puerto y permitir el establecimiento de un corredor humanitario”, dijo el lunes Guterres a preguntas de la prensa sobre su reciente llamado a que una fuerza internacional intervenga en la isla caribeña.
Desde septiembre pasado los grupos criminales han tomado el puerto principal en la capital Puerto Príncipe, tras los anuncios del gobierno de Ariel Henry de subir el precio de los combustibles, lo que trajo airadas protestas y enfrentamientos entre la sociedad civil y fuerzas gubernamentales, a lo que ahora se ha sumado un brote de cólera.
EEUU y México por más apoyo
Las representaciones de Estados Unidos y México dieron a conocer el proyecto de sendas resoluciones que preparan a fin de proveer mayor apoyo a la policía de Haití, así como de identificar a los responsables de la violencia y sus cómplices.
Las resoluciones de EEUU y México contemplan imponer sanciones a los líderes de las pandillas, quienes cometen secuestros y ataques recientes a personal de
“Si en un momento hubo necesidad de ayudar a los haitianos, ese momento ha llegado”, dijo en su intervención la embajadora estadounidense Linda Thomas-Greenfield.
En cambio, el representante mexicano, Juan Ramón de la Fuente, se encargó de precisar cuál debería ser el camino en caso de una inminente intervención humanitaria: “no se trata de sancionar al gobierno de Haití, sino contra quienes amenazan la gobernanza”.
Las acciones del Consejo están relacionadas con la petición de ayuda humanitaria que hiciera el primer ministro Henry el pasado 8 de octubre y la respuesta pública que hiciera el secretario Guterres al día siguiente.
El canciller haitiano, Jean Victor Geneus, dijo que la situación con el bloqueo de los depósitos de combustible por parte de las pandillas ha llegado a tal punto que los hospitales cierran sus puertas, no hay agua potable, el transporte público se ha visto reducido a mínimos y la distribución de alimentos se torna cada día más difícil.
En sus declaraciones Guterres explicó que la fuerza militar que se precisa es “en apoyo a la policía haitiana” y acotó que debería hacerse “en base a estrictos criterios humanitarios, independientemente de las dimensiones políticas del problema que deben resolver los propios haitianos”.
*La periodista Margarte Besheer, corresponsal de la VOA en la ONU, contribuyó con este reporte.