El titular de la ONU señaló que el planeta está enfermo y los líderes mundiales son los encargados de curarlo durante la inauguración del segmento de alto nivel de la Conferencia sobre el Cambio Climático.

Dubái, Emiratos Árabes. -Las constantes vitales de la Tierra están fallando y, para evitar el colapso planetario, necesitamos “cooperación y voluntad política», afirmó el el Secretario General de las Naciones Unidas, Antonio Guterres, retando a los líderes mundiales reunidos en Dubai con motivo de la COP28 a que muestren un verdadero liderazgo mundial en materia climática.

António Guterres hizo este apasionado llamamiento en la inauguración del segmento de alto nivel de la Conferencia de las Naciones Unidas sobre el Cambio Climático, que reunirá a líderes mundiales y Jefes de Estado y de Gobierno durante los próximos dos días en el Teatro Al Waha de la Ciudad de la Expo de Dubai.

Advirtiendo de que «el destino de la humanidad pende de un hilo», el Secretario General afirmó que los líderes mundiales deben actuar ya para poner fin a la catástrofe climática.

«Esta es una enfermedad que sólo ustedes, líderes mundiales, pueden curar», afirmó, haciendo un llamamiento a los dirigentes para que pongan fin a la dependencia mundial de los combustibles fósiles y cumplan la promesa de justicia climática, pendiente desde hace mucho tiempo.

Que esta COP cuente

Guterres también acogió con satisfacción el gran avance logrado el jueves en la jornada inaugural de la Conferencia, después de que los delegados llegaran a un acuerdo sobre la puesta en marcha de un fondo para pérdidas y daños que ayudará a los países más vulnerables del mundo a pagar los efectos devastadores de los desastres climáticos.

La Ciudad de la Expo, sede de las conversaciones sobre el clima, bulle de actividad diplomática en medio de fuertes medidas de seguridad del segundo día de la COP28, mientras los líderes mundiales empiezan a llegar para la llamada Cumbre de Acción.

Durante los próximos dos días, se espera que líderes de más de 160 países expongan su visión para hacer frente a la crisis, entre ellos los de Brasil, Reino Unido, Francia, Turquía e India.

Dubai, la ciudad más grande de los Emiratos Árabes Unidos, es conocida por su clima extremadamente caluroso. Aunque diciembre es un mes relativamente agradable, cientos de reporteros, fotógrafos, personal de eventos y actores de la sociedad civil pugnan por hacerse un hueco en los lugares sombreados de la Ciudad de la Expo para descansar del sol abrasador.

Los pueblos indígenas están en primera línea de los impactos del cambio climático y sus representantes son muy activos y expresivos en la COP28. A primera hora del viernes, Noticias ONU se reunió con Jacob Johns, que afirma estar trabajando para informar sobre la política climática a partir del conocimiento indígena.

«Estamos aquí para cambiar los corazones y las mentes de los asistentes a la conferencia y de los equipos de negociación para que vivamos en solidaridad con un futuro saludable y habitable», dijo Johns, que es Hopi y Akimel O’odham, y miembro de la delegación estadounidense Indigenous Wisdom Keepers.

«Queremos que se tomen medidas reales contra el cambio climático. Queremos que se destinen fondos a la justicia climática y al fondo de pérdidas y daños. Queremos que todos estos fondos estén a disposición de los pueblos indígenas que están sufriendo ante el inminente colapso climático, con la pérdida de tierras y los fenómenos meteorológicos extremos», nos dijo.

En su discurso en la Cumbre de Acción, el Secretario General recordó sus recientes viajes a la Antártida y Nepal, señalando cómo fue testigo directo de la magnitud y extensión del deshielo y los glaciares.

«Estos dos lugares están lejos en la distancia, pero unidos en la crisis», dijo Guterres.

No obstante, advirtió que éste es sólo un síntoma de la enfermedad que está poniendo de rodillas a nuestro clima.

Pintando un cuadro preocupante del caos climático en curso, el titular de la ONU dijo que el calentamiento global está reventando los presupuestos, disparando los precios de los alimentos, trastornando los mercados energéticos y alimentando una crisis del coste de la vida.

«Estamos a kilómetros de los objetivos del Acuerdo de París y a minutos de la medianoche para el límite de 1,5 grados», explicó, refiriéndose al límite de aumento de temperatura fijado en ese tratado para contener los daños del cambio climático