La respuesta al virus está creando nuevas oportunidades para explotar la supervisión débil y la transparencia inadecuada.
La corrupción aumenta en tiempos de crisis y la actual pandemia global no es la excepción. Los países en todo el mundo han adoptado medidas significativas para hacer frente a la emergencia sanitaria y evitar un colapso económico mundial.
Han movilizado miles de millones en fondos para adquirir equipo médico y proporcionar una red de seguridad económica para la ciudadanía y los negocios que están en peligro.
Al conmemorarse este 9 de diciembre de 2020 el Día Internacional contra la Corrupción, al respecto, el secretario general de la ONU, António Guterres, señala:
“La corrupción es criminal e inmoral, y representa la máxima traición a la confianza pública. Es aún más perjudicial en tiempos de crisis, como está ocurriendo ahora en el mundo con la pandemia por el COVID-19.
La respuesta al virus está creando nuevas oportunidades para explotar la supervisión débil y la transparencia inadecuada, desviando recursos que debían estar destinados a personas que se encuentran en su momento de mayor necesidad.”
La necesidad de respuestas urgentes, sin embargo, obligó a algunos Estados a negociar el cumplimiento, la supervisión y la rendición de cuentas para poder lograr los impactos rápidos que se requerían, creando así importantes oportunidades para la corrupción.
“Recuperarse con integridad” enfatiza que únicamente con medidas eficaces para mitigar la corrupción será posible lograr una mejor recuperación; al mismo tiempo destaca que la recuperación inclusiva del COVID-19 sólo puede lograrse con integridad.