Las naciones más poderosas acumulan más de mil millones de dosis de las que necesitan para vacunar doblemente a sus ciudadanos, mientras las menos favorecidas las buscan con legítimo apremio.
Por Miguel Franjul
Acaparamiento, mercado especulativo y falsificación de las vacunas están ensombreciendo el crucial reto que tiene la humanidad de salir a tiempo de la pandemia del coronavirus. Las naciones más poderosas acumulan más de mil millones de dosis de las que necesitan para vacunar doblemente a sus ciudadanos, mientras las menos favorecidas las buscan con legítimo apremio. Este fenómeno está propiciando una especie de mercado negro que ofrece a los países más desesperados por adquirirlas ciertos lotes de supuestas vacunas originales, pero a precios onerosos.
Y, en el ínterin, ya se están dando casos en algunos países en que los avivatos de siempre falsifican vacunas para aprovecharse de las urgencias de pacientes que se las quieren aplicar.
Estos movimientos especulativos han dado lugar a peligrosos retrasos en las entregas de vacunas ya contratadas y pagadas por adelantado por muchos países.
Sabemos que la República Dominicana eludió caer en el gancho del mercado negro, rechazando ofertas de supuestos intermediarios, y que para no dilatarse en el proceso tuvo que comprar vacunas en China y a otros laboratorios.
Escandalizada por estas inhumanas maniobras, la Organización Mundial de la Salud ha lanzado un llamado a la equidad en la distribución y ha pedido a esas naciones que compartan sus excedentes con los países pobres.
Vistas las cosas en este contexto crítico, al gobierno del presidente Luis Abinader hay que reconocerle el empeño con que gestiona y está trayendo al país los primeros lotes de vacunas anti-Covid, a fin de no quedar rezagado en esta difícil lucha contra la pandemia.
Video anexo: Cortesía Listín Diario