Los cuatro legisladores federales aseguraron que no permitirán que “el mundo olvide la masacre del 24 de febrero de 1996”. (Foto: Fuente externa).

El senador Marco Rubio y los representantes María Elvira Salazar, Mario Díaz-Balart y Carlos A. Giménez, calificaron de “acto cobarde y barbárico” el crimen impune ocurrido hace 25 años.

Miami, Florida–Un senador y cuatro representantes republicanos de origen cubano instaron este miércoles a “mantener la presión” sobre el régimen cubano mientras no se haga justicia por el derribo de dos avionetas de Hermanos al Rescate por aviones de la Fuerza Aérea de Cuba hace 25 años.

“Cada año que pasa nos sirve como recordatorio que este régimen asesino, narcoterrorista y anti-americano no ha cambiado en lo absoluto”, dijeron el senador Marco Rubio y los representantes María Elvira Salazar, Mario Díaz-Balart y Carlos A. Giménez en una declaración con motivo del vigésimo quinto aniversario de lo que calificaron como “un acto cobarde y barbárico de terrorismo”.

El 24 de febrero de 1996 Carlos Costa, Armando Alejandre Jr., Mario de la Peña y Pablo Morales, pilotos y voluntarios de Hermanos al Rescate, murieron cuando volaban en dos Cessnas sobre el estrecho de Florida en busca de balseros a los que rescatar.

Misiles lanzados desde aviones de combate de la Fuerza Aérea de Cuba impactaron en las avionetas civiles y las destruyeron.

“El régimen castrista debe enfrentar consecuencias por sus actos criminales. Específicamente el asesino Raúl Castro quien ordenó esta atrocidad, así como los tres individuos ya imputados en una Corte Federal de los Estados Unidos: el general Rubén Martínez Puente y los pilotos de combate Lorenzo Alberto Pérez-Pérez y Francisco Pérez-Pérez”, expusieron los congresistas cubanos.

Rubio, Salazar, Díaz-Balart y Giménez subrayaron que precisamente fue este acto el que impulsó al Congreso de EE.UU. a “codificar las sanciones contra el régimen comunista de los Castro garantizando que dólares de EE.UU. no enriquecieran a la vil y asesina dictadura que reprime al pueblo cubano y amenaza la seguridad nacional”.

Los cuatro legisladores aseguraron que no permitirán que “el mundo olvide la masacre del 24 de febrero de 1996”, ni permanecerán en silencio “mientras algunos individuos intentan obviar la verdadera déspota naturaleza de la dictadura cubana”.