Raimondo dijo que las empresas estadounidenses se enfrentan a nuevos desafíos, entre ellos "multas exorbitantes sin explicación alguna, revisiones de la ley de contraespionaje, que no son claras y provocan conmociones en la comunidad estadounidense; redadas en empresas: un nivel de desafío completamente nuevo que necesita ser abordado.” (Foto: Cortesía de ña Voz de América).

Gina Raimondo dijo que no esperaba avances en temas que afectan a empresas estadounidenses en China, pero esperaba «ver algunos resultados» en los próximos meses como resultado de su visita

Shanghái, China — La secretaria de Comercio de Estados Unidos, Gina Raimondo, habló este miércoles del deseo de las empresas estadounidenses de hacer negocios en China y de sus esperanzas de un mayor compromiso con los funcionarios chinos sobre el acceso al mercado, después de comentarios anteriores de que China «no es un lugar para invertir».

En una conferencia de prensa en Shanghái, Raimondo dijo que no esperaba avances en temas que afectan a empresas estadounidenses como Intel, Micron, Boeing, Visa y MasterCard, en sus primeras reuniones con funcionarios chinos, pero esperaba «ver algunos resultados» en los próximos meses como resultado de su visita de cuatro días a Beijing y Shanghái.

Raimondo dijo que había un gran deseo entre las empresas estadounidenses de hacer que la relación funcionara y que, si bien algunas acciones del gobierno chino han sido positivas, la situación sobre el terreno debía estar a la altura de la retórica.

«Hay negocios que podemos hacer y hay negocios que hacer», dijo. «Las empresas estadounidenses quieren hacer negocios aquí, pero necesitan tener un entorno regulatorio predecible».

Raimondo es la figura de alto rango de la administración Biden que más recientemente ha visitado China, en un intento de fortalecer las comunicaciones, en particular en economía y defensa, en medio de preocupaciones de que las fricciones entre las dos superpotencias puedan salirse de control.

La secretaria insistió en que Estados Unidos no quiere desvincularse de China.

Pero el martes había dicho a los periodistas en un tren de alta velocidad de Beijing a Shanghái que las compañías estadounidenses se habían quejado con ella de que China se había vuelto «un lugar para no invertir», señalando multas, redadas y otras acciones que habían hecho riesgoso hacer negocios en la segunda economía más grande del mundo.

Sus comentarios sobre las dificultades que enfrentan las empresas estadounidenses han arrojado una dura luz sobre los flujos comerciales y de inversión entre los rivales geopolíticos.

«La esencia de las relaciones económicas y comerciales entre China y Estados Unidos es el beneficio mutuo», dijo el miércoles Wang Wenbin, portavoz del Ministerio de Asuntos Exteriores chino, citando las declaraciones del primer ministro Li Qiang durante su reunión con Raimondo el martes.

«Politizar y bloquear las cuestiones económicas y comerciales no sólo afecta gravemente la relación y la confianza mutua entre los dos países, sino que también perjudica los intereses de sus empresas y pueblos», añadió.

Las empresas llevan varios años en el centro de una lucha de poder entre los dos países. China ha criticado los esfuerzos de Estados Unidos para bloquear el acceso de China a semiconductores avanzados mediante controles de exportación.

Raimondo dijo que el diálogo sobre control de exportaciones tenía como objetivo reducir los malentendidos.

«Pudimos aclarar en la primera reunión que no estamos apuntando a China», dijo. «Estamos apuntando a acciones y comportamientos que socavan la seguridad nacional de Estados Unidos».

Las dos economías más grandes del mundo solían ser los mayores socios comerciales de la otra, pero Washington ahora comercia más con sus vecinos Canadá y México, mientras que Beijing comercia más con el Sudeste Asiático.

Los inversores globales, que se han sentido asustados por las medidas enérgicas impredecibles de China en sectores que van desde el comercio electrónico hasta la educación en los últimos años, también han estado saliendo de los activos chinos últimamente.

Raimondo dijo que las empresas estadounidenses se enfrentan a nuevos desafíos, entre ellos «multas exorbitantes sin explicación alguna, revisiones de la ley de contraespionaje, que no son claras y provocan conmociones en la comunidad estadounidense; redadas en empresas: un nivel de desafío completamente nuevo que necesita ser abordado.”