El presidente instó a los estados a establecer centros de operaciones de emergencia y hospitales para planes activos. (Foto: Fuente externa).

La medida liberaría hasta $50 mil millones de dólares en ayuda federal para los ciudadanos y estados enfrentar la amenaza.

Washington, D.C.– El presidente Donald Trump declaró el viernes una emergencia nacional por el coronavirus, liberando recursos y fondos adicionales a medida que los gobiernos federales, estatales y locales intentan combatir la enfermedad que se propaga rápidamente.

La medida permite que la Agencia Federal para el Manejo de Emergencias (FEMA) aproveche miles de millones de dólares y movilice al personal más rápidamente para ayudar a las agencias y líderes estatales y locales a responder.

«Estoy declarando oficialmente una emergencia nacional, dos palabras muy importantes», dijo Trump en declaraciones en el Rose Garden, y agregó que la medida liberaría hasta $50 mil millones de dólares en ayuda federal.

Como parte de la respuesta del gobierno, Trump dijo que renunciaría a los intereses de los préstamos federales para estudiantes «hasta nuevo aviso», y que el Departamento de Energía compraría petróleo crudo para almacenarlo en las reservas estadounidenses.

El presidente instó a los estados a establecer centros de operaciones de emergencia y hospitales para planes activos de preparación para emergencias, así como una asociación con empresas privadas para aumentar las capacidades de prueba. También dijo que la administración está trabajando para establecer sitios para realizar pruebas de conducir.

La administración ha enfrentado intensas críticas por el lento despliegue y la disponibilidad de pruebas.

«El objetivo es que las personas puedan conducir y ser limpiadas sin tener que dejar su automóvil», dijo Trump. El presidente se reunió más temprano en el día con ejecutivos de laboratorios y farmacias para discutir la iniciativa.

Dijo que le otorgaría al Secretario de Salud y Servicios Humanos, Alex Azar, «una nueva autoridad amplia» que le permitiría renunciar a varias leyes y reglamentos relacionados con las operaciones del hospital.

Trump estaba flanqueado por Azar, el vicepresidente Mike Pence y la doctora Deborah Birx, la experta en salud del Departamento de Estado que está ayudando a coordinar la respuesta federal a la emergencia del coronavirus.