“¿Qué diálogo puede ser fructífero cuando el régimen sigue deteniendo a los disidentes, cuando sigue matando a los presos políticos y cuando se dedica a infiltrar a la llamada oposición con fracturas que dejan mucho que desear?”, se pregunta el exalcalde Antonio Ledezma. (Foto: Cortesía de la Voz de América).

La Voz de América conversó con opositores venezolanos residentes en España, quienes explicaron cómo viven el proceso electoral desde la distancia.

Madrid, España–“En Venezuela se vota, pero no se elige», dijo a la Voz de América Antonio Ledezma, exalcalde de Caracas, radicado en Madrid desde 2017, y agregó que «al fin y al cabo es la dictadura la que controla las instituciones que se encargan de montar todos estos aparatos electoralistas”.

Una opinión similar presenta desde Valencia la médico y diputada de la Asamblea Nacional, Dinorah Figuera. Aunque coincide con su compatriota respecto a la falta de principios democráticos, valora como un “avance” que una parte de la oposición se haya puesto de acuerdo en “unir esfuerzos para recuperar la democracia”.

Precisamente el cambio de rumbo de la oposición representa una “contradicción” que obliga a reclamar “una nueva conducción política para Venezuela”, según Ledezma. “Factores que hasta no hace mucho tiempo se erigían como voceros de la oposición terminaron convirtiéndose en trompos servidores del régimen”, dijo a la VOA.

Agregó que “mientras no tengamos una dirección política coherente, con una estrategia muy bien definida y con mucha fuerza moral para sacar adelante la lucha de los venezolanos, lamentablemente vamos a seguir siendo hostigados por esta narco tiranía”.
Por primera vez en 15 años, el bloque Europeo ha desplegado una Misión de Observación Electoral para evaluar unas elecciones en Venezuela.

Mientras algunos eurodiputados valoran positivamente el acuerdo suscrito entre los 27 y el Consejo Nacional Electoral, grupos de la Eurocámara como el Partido Popular han condenado la decisión y han rechazado participar en ella.

La UE no es la única potencia que envía observadores para estos comicios, está también la presencia de técnicos del Centro Carter de Estados Unidos.

Ledezma afirma que es “un contrasentido” que la UE envíe una misión de observación a Venezuela cuando hace unos días el organismo decidió extender las sanciones a una veintena de personas que forman parte de la cúpula chavista.

“La UE es consciente que en Venezuela se violan los derechos humanos, que tenemos un régimen que comete torturas y asesinatos, que es responsable de un latrocinio que no tiene parangón en la historia reciente de la humanidad; Y por otra parte envía una misión que terminará siendo ‘mirones de palo’ en un proceso en el que el régimen controla todos los hilos del poder electoral”.

Sin embargo, para Figuera es “positivo” que por primera vez la UE y, la organización de EE. UU., que no representa al gobierno de Biden, se hayan puesto de acuerdo para enviar observadores y frente al hecho de ser recibidos por el gobierno de Nicolás Maduro.

“Volvemos a esta contienda exigiendo estos principios y garantías de los observadores internacionales y de la veeduría que pueden testificar en torno a las posibles irregularidades que ya existen”.

Recientemente el gobierno venezolano y la Plataforma Unitaria, la cual integra a la oposición, emprendieron una nueva ronda de diálogos en México tras varios intentos fallidos. Sin embargo, el bloque chavista rompió las negociaciones tras la extradición de Alex Saab, presunto testaferro de Maduro, a Estados Unidos.

Aunque ambos opositores apuestan por la vía de la negociación para lograr un cambio en Venezuela, para Ledezma dialogar con “el régimen” representa “un teatrillo” que sirve a Maduro para “ganar tiempo”, “desunir” a la oposición y “confundir a la comunidad internacional”.

“¿Qué diálogo puede ser fructífero cuando el régimen sigue deteniendo a los disidentes, cuando sigue matando a los presos políticos y cuando se dedica a infiltrar a la llamada oposición con fracturas que dejan mucho que desear?”, se pregunta el exalcalde.

La suspensión de los diálogos tras la extradición de Saab representa “una demostración ante el mundo” que los chavistas “son los que no han querido llegar a un acuerdo” sostiene Figuera, quien también describe la vía de la negociación como “una forma de presionar a la dictadura de Maduro”.