El congresista dominico-americano, Adriano Espaillat.

Por Adriano Espaillat, Miembro del Congreso de EE.UU.

En los últimos días se ha creado la sensación en la República Dominicana de que Estados Unidos no ha aportado una ayuda significativa al país caribeño en medio de la pandemia de coronavirus, lo que está muy lejos de la verdad.

No nos sorprende que la Embajada de los Estados Unidos en la República Dominicana, ante esta falsa impresión, reaccionara publicando en su portal un informe titulado: “Unidos ante la pandemia: el apoyo del Gobierno de los Estados Unidos a grupos vulnerables en la República Dominicana”, donde señala, entre otras cosas, que los más de $12 millones de dólares en asistencia provistos por el Gobierno estadounidense a la República Dominicana para apoyar la respuesta a la pandemia no se han limitado a la donación de equipos y suministros médicos y de protección personal, asistencia técnica, educativa y servicios sociales, sino que además parte de los fondos se han destinado a garantizar la seguridad alimentaria y el derecho a la protección social de grupos vulnerables, como las personas que viven con VIH y familias de escasos recursos, amenazados ante la crisis por el COVID-19.

En el marco de la asistencia de los EE. UU. a la República Dominicana en respuesta a la pandemia del COVID-19, se incluye el apoyo del Plan de Emergencia del Presidente de los EE. UU. para el Alivio del SIDA (PEPFAR) en la cadena de suministro y la implementación de los programas de ayuda alimentaria del Gobierno dominicano a través de fondos proporcionados a ONG locales de seguridad alimentaria, canalizados a través de la USAID y los CDC.

La ayuda a la República Dominicana también ha llegado a través de las remesas de los dominicanos que viven en Estados Unidos, los cuales en gran medida evitaron que la economía del país colapsara, pese a que su principal fuente de divisas, el turismo, se paralizó a causa de la pandemia.

En un reciente informe, el Banco Central de la República Dominicana revela que en los primeros dos meses de 2021, en lugar de disminuir, las remesas aumentaron 31.3%, y explica que esto se debe en gran parte a los efectos de la asistencia financiera brindada por el Gobierno estadounidense a su población, que ha beneficiado a la diáspora dominicana.

El mismo Banco Central resalta que los dominicanos fueron beneficiados con el Plan de Rescate Estadounidense, firmado por Biden, que consiste en un paquete de estímulo valorado en US$1.9 trillones de asistencia adicional para las personas, pequeñas empresas y gobiernos locales y estatales y aumentó las transferencias directas a las personas desde US$600 a US$2,000, y otorga más de US$1,000 por semana en prestaciones por desempleo estatales y federales hasta septiembre 2021.

A esto hay que agregar los otros beneficios que recibieron los dominicanos de la diáspora y que les permitieron ayudar a sus hermanos de la isla a través de las remesas, entre los que figuran la expansión del Crédito Tributario por Hijos a US$3,600 por cada niño menor de 6 años y $3,000 por cada menor de 18 años; los US$39 mil millones para proveedores de cuidado infantil; el 15% de aumento en los beneficios nutricionales (SNAP/WIC), y los US$20 mil millones para los gobiernos estatales y locales para ayudar a los hogares de bajos ingresos a cubrir el alquiler atrasado, la asistencia para el alquiler y las facturas de servicios públicos.

El Gobierno dominicano ha recibido apoyo de EE.UU. para combatir el tráfico de drogas, promover la justicia social y aumentar la seguridad pública en la región a través de la Iniciativa de Seguridad de la Cuenca del Caribe (CBSI), cuyos fondos ayudamos a incrementar en US$15 millones para llevarlos a US$75 millones, y continuamos nuestro trabajo legislativo para duplicar estos fondos.

Además, el gobierno de Biden está a favor de dispensar las protecciones de propiedad intelectual para las vacunas contra el COVID-19, lo que aumentaría la producción en medio de la preocupación por el acceso a las vacunas en los países en desarrollo.

República Dominicana también es uno de los países beneficiarios de los US$4,000 millones que aportó EE.UU. al esfuerzo de vacunación de la Organización Mundial de la Salud, COVAX, que busca la distribución equitativa de las vacunas contra el COVID-19 a todos los países independientemente de su nivel de ingresos. EE.UU. contribuyó con US$2,000 millones al esfuerzo COVAX, y otra promesa de US$2,000 millones que se entregará entre ahora y finales de 2022.

El presidente Biden anunció que EE.UU. donará de su suministro de vacunas al mundo y alentará a otras naciones a hacer lo mismo, para lo cual dio a conocer su plan para donar al menos 80 millones de dosis de vacunas estadounidenses en todo el mundo para fines de junio y el plan para los primeros 25 millones de dosis. Para las dosis compartidas a través de COVAX, Estados Unidos dará prioridad a América Latina y el Caribe (incluyendo la República Dominicana), Asia meridional y sudoriental y África, en coordinación con la Unión Africana.

En medio de la crisis por la pandemia, China le vendió (no le donó) al gobierno dominicano cinco millones 8 mil dosis de vacunas de Sinovac (una vacuna de muy baja eficacia, apenas un 51% para prevenir los casos de COVID-19 sintomáticos), y le donó 50 mil vacunas Sinopharm junto con otros insumos médicos.

Si bien esta acción entra en el marco de la mutua colaboración que suelen tener los países, nos preocupa que estos acuerdos con China no contribuyan a la estabilidad regional y a largo plazo afecten a la República Dominicana.