El estudio destaca que el recalentamiento del aceite no solo reduce sus antioxidantes, sino que también aumenta la presencia de sustancias nocivas como la acrilamida, las grasas trans y los peróxidos.
  • El vínculo entre los alimentos fritos y diversas enfermedades, incluidos el cáncer y la diabetes, ya era conocido; sin embargo, las implicancias del uso repetido del aceite de cocina no habían sido profundamente exploradas hasta el momento
  • De acuerdo con un comunicado de prensa, los cambios en la composición del aceite repercuten negativamente en la red de comunicación entre el hígado, el intestino y el cerebro

Miami, EEUU – Una reciente investigación de la Universidad de Illinois expuso los riesgos asociados al consumo de aceite de cocina recalentado.

El estudio evidenció que las ratas que ingirieron este tipo de aceites mostraron una mayor neurodegeneración a diferencia de aquellas que siguieron una alimentación convencional.

El estudio destaca que el recalentamiento del aceite no solo reduce sus antioxidantes, sino que también aumenta la presencia de sustancias nocivas como la acrilamida, las grasas trans y los peróxidos.

Los riesgos de reutilizar aceite

“Provocó neurodegeneración, que se observó en el cerebro de las ratas que consumieron el aceite recalentado, así como en sus crías”, explicó Kathiresan Shanmugam, profesor asociado de la Universidad Central de Tamil Nadu, en Thiruvarur (India).

De acuerdo con un comunicado de prensa, los cambios en la composición del aceite repercuten negativamente en la red de comunicación entre el hígado, el intestino y el cerebro.

Este eje, aseguran, es fundamental para el mantenimiento de diversas funciones fisiológicas, y su alteración está vinculada a trastornos neurológicos.

Alimentos fritos y diversos males

El vínculo entre los alimentos fritos y diversas enfermedades, incluidos el cáncer y la diabetes, ya era conocido; sin embargo, las implicancias del uso repetido del aceite de cocina no habían sido profundamente exploradas hasta el momento.

La práctica es común en muchos países subdesarrollados, donde gran parte de la población de escasos recursos tiene por costumbre recalentar el aceite de cocina, de cualquier tipo, en casa y en muchos negocios.

Muchos consumidores lo hacen, luego de un primer uso, con el fin de ahorrar en gastos y aprovechar al máximo su rendimiento sin prever las posibles consecuencias de su degradación en el metabolismo.