El ingeniero Fausto Parra.

Por Fausto Parra

Una de las tareas más difícil en esta época de cambios en la sociedad es, la de ser padre, estamos sometidos a la barbarie de los nuevos tiempos, de la música que escuchan nuestros hijos, de las modas foráneas que usan, de las costumbres que quieren adoptar a raíz del bombardeo que se tiene desde diferentes medios, donde se promociona la Homosexualidad, el Enriquecimiento Ilícito Etc.

Estamos bajo el la incitación de las letras de canciones, donde lo que se promueve es el uso de estupefaciente y el maltrato a las mujeres (que son las que más demanda de esta) se puede escuchar en las canciones como se promueve el uso de píldoras, cocaína, mariguana, violencia sexual, violencia en sentido general, a esto están expuestos nuestros hijos, y cuando los padres tratamos de orientarlos al respecto, entonces somos obsoletos.

Fausto Parra externa preocupación por un mal uso de las redes sociales. (foto cortesía Pexels)

Las Redes sociales se han convertido en un mercado persa donde se vende de todo, desde drogas hasta sexo, hemos llegado a una degradación tal que nuestras niñas se están prostituyendo a través de las de estos sistemas como el de ONLYFANS, hay que ver lo que esta pasando con esto, jovencitas teniendo sexo y mostrando sus cuerpos abiertamente por unos dólares.

¿En este punto quizás pudiéramos decir, donde están los padres de esas niñas? Pero también hay que preguntar, donde están las autoridades encargadas de velar por el pudor y las buenas costumbres de la sociedad.

La familia está en crisis, los padres estamos desesperados luchando contra este bombardeo, contra este afán de corromper la sociedad, a veces me detengo a ver todas estas barbaridades y me pregunto, ¿Cuál será el destino de está generación en el mañana, que será lo que tendremos como sociedad dentro de 30 años?

Esto es una reflexión desesperada como padre, una voz de auxilio a ver si alguien escucha o despierta de este letargo en el que estamos, donde no podemos ver ni escuchar, que la sociedad se nos está desmoronado ante nuestros ojos y no logramos verlo.