La advertencia del FBI se hace para salvaguardar la vida e integridad de los ciudadanos viajando desde Florida hacia el país caribeño.

Por el hecho están apresados unos 20 jóvenes de diferentes edades en Puerto Rico, que según informó el Buró Federal de Investigaciones, FBI y el Departamento de Justicia de los Estados Unidos, «quemaban vehículos» como proceso de intimidación y actuaron contra bandas rivales.

San Juan, Puerto Rico. – El Buró Federal de Investigaciones, FBI, desarticuló una poderosa banda denominada «Los Lobos» y constituida por unos 20 integrantes de una pandilla violenta, quienes fueron apresados y acusados por delitos de tráfico de drogas y armas de fuego en Cabo Rojo, conforme expediente en el Departamento de Justicia y tras esfuerzos conjuntos de las autoridades.

Entre los detenidos figuran, alias, «santitos»/ «el cojo», «el menor», «Joito», «bibí», «la flaka» entre otros. La pandilla estaba compuesta por hombres y mujeres.

De acuerdo el FBI, el pasado 31 de marzo de 2022, un gran jurado federal en el Distrito de Puerto Rico emitió la acusación formal a todos los implicados, con cargos de posesión de drogas e intención de distribución, añadido a posesión de armas de fuego y tráfico de las mismas, conforme sostuvo durante el anuncio, W. Stephen Muldrow, Fiscal de los Estados Unidos para el Distrito de Puerto Rico.

La investigación fue realizada por el Negociado Federal de Investigaciones (FBI) y el Negociado de la Policía de Puerto Rico (PRPB), Fuerza de Tarea de Mayagüez, con la asistencia del Servicio de Alguaciles de los Estados Unidos, el Servicio de Inmigración y Control de Aduanas (ICE) Investigaciones de Seguridad Nacional (HSI), y la Oficina de Alcohol, Tabaco, Armas de Fuego y Explosivos (ATF).

También ayudaron en los arrestos de hoy: la Administración de Control de Drogas (DEA), la Aduana y Protección Fronteriza de los Estados Unidos (CBP) y la Patrulla Fronteriza de los Estados Unidos.

“Estos arrestos resaltan el trabajo arduo y la asociación dedicada entre los hombres y mujeres de nuestras agencias policiales federales, estatales y locales”, dijo W. Stephen Muldrow, Fiscal Federal para el Distrito de Puerto Rico.

“Compartimos la misión de sacar a los criminales violentos de las calles y mejorar los esfuerzos de toda la comunidad para hacer de Puerto Rico un lugar más seguro para todos”.

“La operación de esta fecha es un ejemplo de la dedicación y el arduo trabajo de los hombres y mujeres del FBI. Nuestro compromiso con Puerto Rico es con todas las 100×35 millas y sus islas municipales también”, dijo Joseph González, agente especial a cargo del FBI.

“El crimen organizado no será tolerado y continuaremos desmantelando grupos como este para devolver las comunidades que le han quitado a la gente”.

En el expediente se alega que, «a partir de 2015 y hasta 2019 inclusive, la organización narcotraficante distribuyó base de cocaína (comúnmente conocida como “crack”), cocaína, marihuana y oxicodona (Percocet), dentro de los 1,000 pies de la Estación Pública Santa Rita de Casia. Proyecto de Vivienda, y otras áreas aledañas al municipio de Cabo Rojo. El objeto de la conspiración era la distribución a gran escala de sustancias controladas en Cabo Rojo para obtener ganancias y ganancias financieras significativas.»

«Los 20 acusados ​​actuaron en diferentes roles para promover los objetivos de su organización, incluso como líderes, ejecutores, corredores, vendedores y facilitadores. Nueve de los acusados ​​enfrentan un cargo de posesión de armas de fuego para promover un delito de narcotráfico», se indica.

Como parte de la conspiración, los miembros de la organización narcotraficante se autodenominaban “Los Lobos” (los lobos) y mostraban señales con las manos para identificarse como tales. Algunos de ellos tienen diseños de tatuajes de lobos en sus cuerpos, como la huella de un lobo, para identificarse como miembros de la organización.

Modus Operandi

Los acusados ​​y sus cómplices establecieron un punto de distribución de drogas que se movería dentro de diferentes áreas dentro del proyecto de vivienda pública para evitar la detección de la policía. Integrantes de la confabulación, previa solicitud, entregaban droga en diferentes localidades dentro del municipio de Cabo Rojo.

Los miembros de la pandilla usaron fuerza, violencia y la intimidación contra narcotraficantes rivales, así como contra miembros de su propia organización narcotraficante, para intimidar y mantener el control de la operación de narcotráfico. Otro medio de intimidación utilizado por los cómplices fue incendiar vehículos.