Un informe del Fondo Monetario Internacional indica que los choques de precios tendrán un impacto en todo el mundo, especialmente en los hogares pobres para quienes los alimentos y el combustible representan una mayor proporción de los gastos.
Washington, D.C. — El Directorio Ejecutivo del Fondo Monetario Internacional (FMI) se reunió el 4 de marzo en una sesión presidida por la Directora Gerente Kristalina Georgieva, rindió un informe a la Junta sobre el impacto económico de la guerra en Ucrania y sobre la posible asistencia financiera acelerada para los países afectados.
La guerra en Ucrania está provocando una trágica pérdida de vidas y sufrimiento humano, además de causar daños masivos a la infraestructura física de Ucrania. Ha enviado una ola de más de 1 millón de refugiados a los países vecinos. Se han anunciado sanciones sin precedentes contra Rusia.
Si bien la situación sigue siendo muy fluida y las perspectivas están sujetas a una incertidumbre extraordinaria, las consecuencias económicas ya son muy graves.
Los precios de la energía y las materias primas, incluido el trigo y otros granos, han aumentado, lo que se suma a las presiones inflacionarias de las interrupciones en la cadena de suministro y el repunte de la pandemia de Covid-19.
Los choques de precios tendrán un impacto en todo el mundo, especialmente en los hogares pobres para quienes los alimentos y el combustible representan una mayor proporción de los gastos. Si el conflicto se intensifica, el daño económico sería aún más devastador. Las sanciones a Rusia también tendrán un impacto sustancial en la economía mundial y los mercados financieros, con importantes repercusiones en otros países.
En muchos países, la crisis está generando un impacto adverso tanto en la inflación como en la actividad, en medio de presiones de precios ya elevadas. Las autoridades monetarias deberán monitorear cuidadosamente el traspaso del aumento de los precios internacionales a la inflación interna, para calibrar las respuestas apropiadas.
La política fiscal deberá apoyar a los hogares más vulnerables para ayudar a compensar el aumento del costo de vida. Esta crisis creará compensaciones políticas complejas, lo que complicará aún más el panorama político a medida que la economía mundial se recupere de la crisis pandémica.
En Ucrania, además del costo humano, el daño económico ya es sustancial. Los puertos marítimos y los aeropuertos están cerrados y dañados, y muchas carreteras y puentes han resultado dañados o destruidos. Si bien es muy difícil evaluar las necesidades de financiamiento precisamente en esta etapa, ya está claro que Ucrania enfrentará costos significativos de recuperación y reconstrucción.
Ucrania ya ha solicitado financiación de emergencia por valor de 1400 millones de dólares en el marco del Instrumento de financiación rápida del FMI. El personal anticipa llevar esta solicitud a la Junta Ejecutiva para su consideración tan pronto como la próxima semana.
Las sanciones anunciadas contra el Banco Central de la Federación Rusa restringirán severamente su acceso a las reservas internacionales para respaldar su sistema monetario y financiero. Las sanciones internacionales sobre el sistema bancario de Rusia y la exclusión de varios bancos de SWIFT han interrumpido significativamente la capacidad de Rusia para recibir pagos por exportaciones, pagar importaciones y participar en transacciones financieras transfronterizas.
Si bien es demasiado pronto para prever el impacto total de estas sanciones, ya hemos visto una fuerte caída en los precios de los activos, así como en la tasa de cambio del rublo.
Los países que tienen vínculos económicos muy estrechos con Ucrania y Rusia corren un riesgo particular de escasez y de interrupciones en el suministro y son los más afectados por la creciente afluencia de refugiados. Moldavia ha solicitado un aumento y una reorganización de su programa existente respaldado por el FMI para ayudar a cubrir los costos de la crisis actual, y el personal del FMI está discutiendo activamente opciones con las autoridades moldavas.
El personal técnico continuará monitoreando los efectos indirectos en otros países de la región, en particular aquellos con programas respaldados por el FMI existentes y aquellos con vulnerabilidades elevadas o exposición a la crisis.
La guerra en curso y las sanciones asociadas también tendrán un impacto severo en la economía global. El Fondo asesorará a nuestros países miembros sobre cómo calibrar sus políticas macroeconómicas para gestionar la gama de efectos indirectos, incluidas las perturbaciones del comercio, los precios de los alimentos y otras materias primas, y los mercados financieros.
El FMI continuará evaluando la evolución de la situación y brindará asesoramiento oportuno sobre políticas, apoyo financiero y asistencia técnica a nuestros países miembros según sea necesario, en estrecha colaboración con nuestros socios internacionales.