- La intelectual y poeta dominicana Genoveva del Orbe participa esta semana en el Festival Internacional de Literatura Tegusícanta, que se celebra en la capital de Honduras del 18 al 22 de junio, junto a un grupo de connotados escritores del hemisferio
- Es una valiosa creadora de poesía y ficción. Graduada en Educación por la Pontificia Universidad Católica Madre y Maestra, de Santiago, donde ejerció la docencia literaria, y se ha consagrado al cultivo de la lírica con la pasión que requiere el arte de la creación poética
Miami, EEUU – La intelectual y poeta dominicana Genoveva del Orbe participa esta semana en el festival internacional de literatura Tegusícanta, que se celebra en la capital de Honduras del 18 al 22 de junio, junto a un grupo de connotados escritores del hemisferio.
Genoveva María del Orbe Martínez, escritora y poeta, es una valiosa creadora de poesía y ficción. Magíster en Lingüística Aplicada por la Universidad Autónoma de Santo Domingo (UASD).
Licenciada por PUCMM en: Educación, Filosofía y Letras. Graduada en educación por la Pontificia Universidad Católica Madre y Maestra, de Santiago, donde ejerció la docencia literaria, y se ha consagrado al cultivo de la lírica con la pasión que requiere el arte de la creación poética.
Para ella, “la literatura juega un papel privilegiado en la cultura de los pueblos. Es el medio idóneo para conocer la realidad del mundo exterior e interior de las diversas manifestaciones que convocan la vida del hombre. Ella va más allá de lo que a simple vista contemplamos”, afirman sus críticos.
Entre sus publicaciones figuran Jardinería del alma, Urbanos, Íntimos nuestros, Entre silencio: silencio, De pájaros, mujeres y amores, Pan de anhelos y Viento poético, entre otros. En su obra poética resalta la identificación intelectual, afectiva y espiritual con el fluir de lo viviente de una manera fecunda, empática y jubilosa.
De ella afirma el intelectual Bruno Rosario Candelier: “Integrante de una familia de intelectuales, escritores y artistas, entre sus ancestros figura el grandioso violinista dominicano Gabriel del Orbe, y en virtud de ese prestigioso abolengo familiar, valora, cultiva y promueve las artes y las letras, potenciando esa herencia intelectual, estética y espiritual mediante el cultivo de la lírica, el estudio de la lengua y la promoción de la literatura.”
Genoveva del Orbe forma parte del colectivo de escritores dominicanos en Miami que exaltan el arte del verbo imaginario creativo en una peña literaria consistente, entre los que se incluye a José García, Osvaldo Fernández, Nancy Mejía y Eugenio Fortunato.
La escritora dominicana es un ejemplo de “la capacidad de entrar en aquellos aspectos que no podemos decir de modo directo, porque no sabemos o queremos. Tal es el caso de las emociones. Para muchos es un tema personal y privado hablar de emociones; sin embargo, estos son abordados con naturalidad en los distintos géneros literarios”, afirma Rosario Candelier.
Para ella, las emociones son una necesidad universal y eterna del hombre. En pocas palabras, estas constituyen el motivo para expresar redención, amor, aliento entre otros estados. Y es que ellas son un estado complejo, episódico, dinámico y estructurado del ser humano.
La escritora pone el siguiente poema como ilustración de lo antes mencionado. Ven a vivir conmigo de Alejandra Pizarnick: «Ven a vivir conmigo. Tendremos todos los libros de poesía que existen en el mundo. Toda la música. Todos los alcoholes que arden en los ojos y corroen el odio. Nos embriagaremos hasta oscilar como seres de una materia fosforescente, y diremos tantos poemas que nuestras lenguas se incendiarán como rosas.”
“Estas son complejas porque en ella intervienen distintos elementos: pensamientos, sentimientos, percepciones e incluso cambios corporales. Las emociones suelen tener una corta duración. Constituyen una experiencia dinámica, no estática”, asegura Rosario Candelier.
Resalta que “La literatura es el canal del cual se valen los escritores para darnos a conocer motivos y emociones que mueven la vida. A lo que Todorov amplia: lo que nos proporciona la literatura no es una verdad, sino una forma de comprensión de nuestro estar en el mundo, una nueva forma de comunicación con los otros, una vía para salir de nosotros mismos y entrar, aunque sea imaginaria entre los demás.”
De acuerdo con Oatley, los mundos ficcionales creados por novelas, cuentos, obras teatrales, otros, se comportan cognitivamente como simuladores en nuestra mente. Por lo tanto, ayudan a comprender y dominar el comportamiento de muchas de nuestras interrelaciones sociales y emocionales.
Significa que las obras literarias amplían la facultad de indagar no solo en el modo cómo funcionan las obras donde se representan, sino cómo son interpretadas en nuestras mentes y sociedades.
