El estudio financiado por Institutos Nacionales de la Salud (National Institutes of Health, NIH) se detuvo debido a razones de seguridad para los recién nacidos prematuros más pequeños
Bethesda, Maryland.- /PRNewswire-HISPANIC PR WIRE/ — Ordeñar el cordón umbilical (apretar suavemente el cordón y empujar el contenido hacia el abdomen del recién nacido antes de pinzar el cordón) podría aumentar el riesgo de hemorragia intraventricular grave o sangrado en las cavidades llenas de líquido del cerebro en bebés extremadamente prematuros, según resultados de un estudio financiado por los Institutos Nacionales de Salud que se detuvo por razones de seguridad.
El estudio, dirigido por Anup Katheria, M.D., del Hospital para Mujeres y Recién Nacidos Sharp Mary Birch en San Diego, y colegas de instituciones en los Estados Unidos y Europa, buscó determinar si el ordeño del cordón era una alternativa al pinzamiento tardío del cordón. A diferencia del ordeño del cordón, un retraso en el pinzamiento da tiempo para que la sangre fluya naturalmente del cordón al abdomen antes de pinzarlo y cortarlo.
Después de que se descubrió que los recién nacidos extremadamente prematuros (23 a 27 semanas de gestación) en el grupo de ordeño de cordón tenían más hemorragias dentro de los ventrículos, en comparación con los primeros bebés prematuros en el grupo de pinzamiento tardío, el estudio se detuvo antes de que se pudieran registrar suficientes bebés para permitir para un análisis estadísticamente válido.
Algunos estudios de recién nacidos a término concluyeron que el pinzamiento tardío del cordón umbilical reduce las posibilidades de anemia y parece beneficiar el desarrollo cognitivo en la primera infancia. Sin embargo, en los recién nacidos prematuros, el tiempo adicional necesario para el pinzamiento tardío del cordón también puede retrasar el inicio del soporte respiratorio que a menudo se necesita para los pulmones subdesarrollados de los bebés.
«Aunque no es posible sacar conclusiones definitivas, los resultados sugieren una precaución extrema al realizar el ordeño del cordón en este grupo vulnerable de bebés», dijo Caroline Signore, M.D., del Instituto Nacional de Salud Infantil y Desarrollo Humano (National Institute of Child Health and Human Development, NICHD) Eunice Kennedy Shriver de NIH, quien supervisó el estudio.
Un estudio anterior que comparó el ordeño del cordón umbilical con el pinzamiento tardío del cordón en los recién nacidos prematuros por cesárea sugirió que el ordeño del cordón resultó en un mayor flujo sanguíneo y beneficios en el desarrollo cognitivo a los 2 años de edad. Un metaanálisis de estudios que datan de la década de 1940 descubrió que los bebés prematuros que se sometieron al ordeño del cordón evidenciaban un mayor volumen de sangre, un menor riesgo de sangrado hacia los ventrículos y una menor probabilidad de requerir oxigenoterapia. Los autores no tenían conocimiento de ningún estudio previo que demostrara el daño producido por el ordeño del cordón umbilical.
En el presente estudio, los investigadores, que aparecen en el Journal of the American Medical Association (Revista de la Asociación Médica Americana), inscribieron a mujeres con menos de 32 semanas de embarazo en riesgo de parto prematuro. Cuando las mujeres comenzaron el trabajo de parto prematuro, sus bebés fueron asignados al azar al ordeño del cordón umbilical o al pinzamiento tardío del cordón por 60 segundos. Por razones de seguridad, los obstetras podían optar por no realizar ninguno de los procedimientos y pinzar inmediatamente el cordón.
Los investigadores planearon inscribir a 1,500 bebés, y asignar 750 a cada grupo al azar. Antes de detener el estudio, se habían asignado 474 recién nacidos al azar, 236 al ordeño del cordón y 238 al pinzamiento tardío.
Los autores del estudio clasificaron los resultados en un único resultado combinado: muerte o hemorragia intraventricular grave. Entre el grupo de ordeño del cordón umbilical, 29 lactantes (12 %) murieron o desarrollaron hemorragias intraventriculares graves, en comparación con 20 lactantes (8 %) en el grupo de pinzamiento tardío, una diferencia que no fue estadísticamente significativa.
Cuando los autores consideraron solo la tasa de mortalidad, esta tampoco difirió significativamente entre los dos grupos: 7 % en el grupo de ordeño del cordón frente a 8 % en el grupo de pinzamiento tardío.
Sin embargo, la tasa de hemorragia intraventricular grave fue significativamente mayor en el grupo de ordeño del cordón: 8 % (20 lactantes) contra un 3 % (8 lactantes) en el grupo de pinzamiento tardío. Entre los del grupo de ordeño del cordón umbilical, los 20 con hemorragia intraventricular fueron los recién nacidos prematuros más jóvenes, nacidos en las semanas 23 a 27 del embarazo, en comparación con 5 de los 8 bebés en el grupo de pinzamiento tardío. Entre los lactantes nacidos entre las 28 y las 32 semanas, no se produjo hemorragia intraventricular en el grupo de ordeño del cordón umbilical, y tres casos ocurrieron en el grupo de pinzamiento tardío, una tasa que no difirió significativamente.
En comparación con los bebés prematuros más maduros, los sistemas circulatorios de los bebés extremadamente prematuros tienen dificultades para regular el flujo sanguíneo en el cerebro. Los autores teorizan que el aumento en el flujo sanguíneo resultante del ordeño del cordón podría haber estresado los vasos sanguíneos en sus cerebros, lo que los hizo más propensos a romperse. Los autores señalaron que estudios previos han demostrado una mayor tasa de hemorragia intraventricular grave en recién nacidos prematuros que nacen por vía vaginal, en comparación con los que lo hacen por cesárea.
Debido a que el mayor riesgo de hemorragia intraventricular se encontró solo en los recién nacidos extremadamente prematuros, los autores continúan comparando el ordeño del cordón umbilical con el pinzamiento tardío en los recién nacidos prematuros de 30 a 32 semanas y evaluarán el desarrollo de los dos grupos a los 2 años.