ARCHIVO - Una mujer sostiene un cartel durante la marcha contra la violencia de género, con motivo del Día Internacional de la Mujer, en la Ciudad de México, el miércoles 8 de marzo de 2023.

La oficialista Claudia Shenbaum y la opositora Xóchitl Gálvez están en el centro de la elección más grande en la historia de México, con unos 20.000 cargos públicos en juego, entre locales, estatales y nacionales, que tendrá lugar el próximo domingo 2 de junio

Washington, EEUU — En México, hace apenas 70 años que las mujeres ganaron el derecho al voto. Desde entonces la representación femenina en la política ha recorrido un largo camino de luchas por la paridad de género que hoy tiene a los mexicanos ante la elección de su primera mujer presidenta.

La oficialista Claudia Shenbaum y la opositora Xóchitl Gálvez están en el centro de la elección más grande en la historia de México, con unos 20.000 cargos públicos en juego, entre locales, estatales y nacionales, que tendrá lugar el próximo domingo 2 de junio, informa nuestra aliada de medios, la Voz de América.

Sin embargo, en México permanecen los problemas de inseguridad hacia las mujeres. La ONU estima que entre nueve y 10 mujeres son asesinadas por día en el país, una crisis que parece no dar tregua. Solo en 2023 se cometieron 852 feminicidios en México, según cifras del Sistema Nacional de Seguridad Pública. En lo que va de 2024 se registran 184.

Por ello, la presencia de mujeres en el ámbito político mexicano es relevante y ya no es sorpresa para el electorado.

“En los últimos 25 años, México tuvo una serie de reformas constitucionales para dar más representación a las mujeres”, explicó a la Voz de América Carin Zissis, editora en jefe de la Sociedad de las Américas y Consejo de las Américas en EEUU.

Estas reformas obligaron a los partidos a establecer un mínimo de candidatas mujeres en las contiendas electorales. Al inicio, dijo Zissis, los partidos colocaban a mujeres en posiciones con pocas probabilidades de ganar, una situación que comenzó a transformarse en 2019.

Reformas y cuotas de género para garantizar la representación

La reforma “Paridad en Todo”, aprobada ese año, estableció que la mitad de los cargos de decisión serían sólo para mujeres en todos los poderes del estado. Datos oficiales indican que más de 99 millones de personas pueden votar en México, un 52 % de ellas son mujeres.

Ahora, por ejemplo, el Instituto Nacional Electoral ordenó que en nueve de los estados en los que están compitiendo por la gobernación, cinco deben tener a mujeres postuladas y además, demostrar que “sí tienen el chance de ganar”.

“Ser un gobernador es una posición muy poderosa en México, entonces es muy importante elevar y tener a más mujeres en esas posiciones”, dijo Zissis.

Aunque Sheinbaum y Gálvez son ahora el foco de la conversación, en la historia mexicana ocho mujeres se han postulado para ser presidentas, empezando con Rosario Ibarra de Piedra, con el Partido Revolucionario de los Trabajadores en 1982, aunque ninguna alcanzó la posición.

Las cuotas de género no son una medida exclusiva de México. En América Latina esta estrategia se ha utilizado como manera de que más mujeres lleguen a posiciones políticas en países como Argentina, Bolivia, Colombia, El Salvador, entre otros.