El FBI ha identificado a unas 200 personas por posibles cargos penales y recibidos alrededor de 140.000 pistas digitales del público, según el fiscal general interino Jeffrey Rosen. (Foto: Cortesía de la Voz de América).
  • Las medidas de seguridad no tienen precedentes.
  • Llegan en medio de las advertencias del FBI sobre eventuales protestas armadas en Washington y las 50 capitales estatales, a partir de este fin de semana.

Washington, D.C.–A cinco días de la toma de posesión del presidente electo Joe Biden, las fuerzas del orden están reforzando la seguridad en Washington para lo que se espera que sea una ceremonia solemne, sin las multitudes habituales, tras el ataque mortal de la semana pasada contra el Capitolio de Estados Unidos por parte de partidarios del presidente Donald Trump.

Las autoridades policiales dicen que confían en mantener la seguridad durante el evento del 20 de enero, a pesar de las advertencias sobre eventual incremento de la violencia en Washington y en todo el país. La Oficina de la Guardia Nacional dijo el jueves que casi 7.000 guardias ya se encuentran en Washington y más están en camino hacia un despliegue planificado de hasta 21.000 soldados.

Un equipo de la Voz de América recorrió el jueves lugares de la ciudad-capital federal, donde constató el despliegue policial.

La inauguración de Biden ha sido designada como un «evento especial de seguridad nacional».

Los guardias estarán respaldados por cientos de agentes federales y policías locales y estatales. Hace cuatro años, la Guardia Nacional desplegó unos 8.000 soldados para la investidura de Trump.

«Tenemos mucha confianza en nuestra planificación de seguridad, pero siempre estamos con los ojos abiertos y buscamos aprovechar las lecciones aprendidas», dijo James Murray, director del Servicio Secreto, en una sesión informativa para el vicepresidente Mike Pence.

Subrayó que la administración Trump está «comprometida con una transición ordenada y una toma de posesión segura (…) Y el pueblo estadounidense no se merece menos», afirmó el vicepresidente.

Pence presidía una sesión del Congreso el 6 de enero para certificar la victoria de Biden cuando un grupo de partidarios de Trump irrumpió de forma violenta en el Capitolio, saqueando oficinas y enfrentándose con agentes de policía. La violencia dejó cinco personas muertas, incluido un oficial de policía del Capitolio.

El vicepresidente tiene previsto asistir a la inauguración de Biden, pero Trump no se presentará, uniéndose a un pequeño grupo de presidentes estadounidenses que se han ausentado de las tomas de posesión de sus sucesores.

En los ocho días transcurridos desde los disturbios en el Capitolio, el FBI arrestó a decenas de alborotadores y dice que espera concretar más arrestos en los próximos días. Hasta ahora, el FBI ha identificado a unas 200 personas por posibles cargos penales y recibidos alrededor de 140.000 pistas digitales del público, según el fiscal general interino Jeffrey Rosen.

La inauguración de Biden ha sido designada como un «evento especial de seguridad nacional».

En particular, se trata de evento de importancia nacional que requiere coordinación de seguridad entre múltiples agencias. El Servicio Secreto está liderando el gigantesco esfuerzo de seguridad.

Murray dijo que la agencia ha realizado 67 eventos de este tipo desde la década de 1990 y ha estado planeando la inauguración durante más de tres años.