- La justicia nicaragüense también pidió a la Interpol la captura de un sacerdote que se encuentra exiliado.
- La acusación contra el religioso fue dada a conocer días después de que la policía detuviera a dos periodistas nicaragüenses vinculados a medios católicos que dirigía Álvarez.
San José, Costa Rica — Las autoridades judiciales de Nicaragua acusaron al obispo católico Rolando Álvarez, un conocido crítico del gobierno de Daniel Ortega, de los delitos de “conspiración” y “propagación de noticias falsas”, y ordenaron su arresto domiciliario, se informó el martes en Managua.
Álvarez, según los expertos, permanecía en “un limbo jurídico” después de que el 19 de agosto fuera sacado por la fuerza por la policía en la Casa Cural donde se encontraba y trasladado a la residencia de sus familiares en Managua sin poder salir, pese a que no existía una acusación formal.
La Policía Nacional dijo en ese entonces en un comunicado que la medida fue tomada porque el religioso realizaba “actividades desestabilizadoras y provocadoras» en el país.
Sacerdote con orden de detención
En la misma causa judicial de Álvarez que fue dada a conocer este martes aparece acusado el sacerdote Uriel Antonio Vallejos, a quien las autoridades judiciales giraron una orden a la INTERPOL para su captura, según el comunicado.
Vallejos reaccionó a la acusación en su cuenta de Twitter. «Solo a los delincuentes se les persigue. Y los delincuentes están en el poder girando orden contra los demás, escudados en su aparato represor. Sería de mucho agradecimiento a la Interpol que capture a los delincuentes que desgobiernan Nicaragua», escribió el sacerdote, quien se encuentra exiliado.
A Álvarez, quien está a cargo de la Diócesis de Matagalpa, una de las más importantes del país, se le nombró un defensor judicial de oficio para su proceso y se le programó audiencia inicial para el 10 de enero.
La acusación contra el religioso fue dada a conocer días después de que la policía detuviera a dos periodistas nicaragüenses vinculados a medios católicos que dirigía Álvarez.
La Conferencia Episcopal de Nicaragua no se ha pronunciado al respecto, sin embargo, el Obispo Auxiliar de la Arquidiócesis de Managua, Silvio Báez, quien se encuentra exiliado en Estados Unidos escribió en Twitter que la acusación contra Álvarez “es un crimen” que comete la que catalogó como “la dictadura de Nicaragua”.
En esa misma línea coincidió el sacerdote Edwin Román, una de las voces más críticas de Nicaragua y que también se encuentra exiliado en Estados Unidos.
En declaraciones a la VOA Román señaló como “terrible” lo que se vive en el país centroamericano.
Dijo que la Iglesia ha denunciado las violaciones de derechos humanos que se dan en Nicaragua y por eso es perseguida. “La Iglesia es profeta porque anuncia al pueblo de Dios, pero también como profeta tiene que denunciar las injusticias que ocurren”, dijo Román.
Una voz crítica
Álvarez, de 56 años, es uno de los obispos más críticos de Nicaragua y tenía funciones importantes dentro de la Conferencia Episcopal de Nicaragua (CEN). El religioso dirigía el área de comunicaciones de la CEN y el Canal Católico de Nicaragua, el cual fue clausurado por el gobierno el 20 de mayo, tras denunciar persecución del gobierno de Ortega y anunciar una jornada de ayuno y oración.
Nicaragua vive una crisis política desde el año 2018 que surgieron protestas contra el presidente Ortega las cuales el mandatario tildó de ser “un intento de golpe de Estado” contra su gobierno. Según el mandatario, la Iglesia católica y sus sacerdotes fueron parte de las protestas por abrir las puertas de los templos para que los manifestantes se refugiaran.
El papa Francisco se ha pronunciado ligeramente sobre Nicaragua y aunque la última vez evitó referirse específicamente al arresto del obispo Rolando Álvarez, manifestó su «preocupación y dolor» por la situación del país centroamericano.