La región de las Américas enfrenta un año sin precedentes de casos de dengue, con la OPS liderando esfuerzos coordinados para reducir el impacto de la enfermedad y proteger la salud pública. (Imagen: Cortesía de la Voz de América).

Más de 12.6 millones de casos de dengue y 7.700 muertes reportadas en 2024 confirman la peor epidemia registrada en la región, impulsada por el cambio climático y factores estructurales

Miami, EEUU — El dengue ha alcanzado cifras alarmantes este año, con más de 12.6 millones de infecciones reportadas, triplicando los casos registrados en 2023, según datos reportados por la Organización Panamericana de la Salud, (OPS).

De acuerdo con el Dr. Jarbas Barbosa, director de la OPS, «este año la región se ha enfrentado a la epidemia de dengue más grande en las Américas desde que comenzaron los registros en 1980. Más de 21,.000 casos han sido graves y se han reportado más de 7.700 muertes, lo que subraya la urgencia de medidas coordinadas para controlar la enfermedad”.

Los países más afectados

Países latinoamericanos como Argentina, Brasil, Colombia y México han sido los más afectados, representando el 90 % de los casos. Sin embargo, lo más alarmante es la expansión geográfica del virus a zonas previamente no afectadas, como partes de Estados Unidos.

Según Barbosa, este fenómeno está directamente relacionado con factores climáticos como “sequías, inundaciones y temperaturas más cálidas”, además de problemas estructurales como el manejo deficiente de residuos.

El Dr. Sylvain Aldighieri, director del Departamento de Prevención y Control de Enfermedades Transmisibles del organismo sanitario, explicó este martes durante una conferencia de prensa virtual a la que tuvo acceso la Voz de América que «la intensa y extensa circulación del virus del dengue durante el periodo 2023-2024 ha generado una alta inmunidad comunitaria, pero un cambio en el serotipo predominante, como el serotipo 3, podría crear una nueva situación de riesgo para el próximo año”.

La expansión del virus Oropouche

El virus Oropouche, históricamente limitado a la cuenca del Amazonas, también ha mostrado una expansión significativa. En 2024, más de 11.600 casos han sido registrados en 12 países, siendo Brasil el más afectado con más de 9.500 casos reportados. «El brote de Oropouche es de menor escala, pero su distribución geográfica está aumentando, lo que requiere nuestra atención y colaboración para monitorizar nuevos casos,» señaló Barbosa.

Este virus transmitido por vectores ha comenzado a aparecer en áreas urbanas debido al cambio climático y la urbanización acelerada, creando nuevas oportunidades para la transmisión.

«Los países deben observar cuidadosamente y compartir información para entender mejor los riesgos y tomar medidas preventivas» enfatizó por su parte Aldighieri.

La amenaza de la gripe aviar en la región

El virus H5N1, conocido como gripe aviar, ha demostrado ser una amenaza compleja este año, de acuerdo con los funcionarios del organismo sanitario regional. Mientras que históricamente ha afectado principalmente a aves, en los últimos tiempos también se han registrado casos en mamíferos, como vacas lecheras en los Estados Unidos, y en humanos.

El Dr. Andrea Vicari, jefe de la Unidad de Gestión de Riesgos Infecciosos de la OPS, afirmó que es necesario implementar programas de detección en toda la región con el objetivo de frenar la propagación.

“El fenómeno de propagación entre mamíferos, incluyendo vacas lecheras, subraya la necesidad de vigilancia genómica y una mayor cooperación entre sectores de salud animal y humana», comentó. A pesar de los temores iniciales, Vicari destacó que la pasteurización de la leche sigue siendo una herramienta efectiva para prevenir la transmisión de este virus a los humanos.

Sin embargo, advirtió acerca de la necesidad de seguir investigando mutaciones que podrían facilitar su propagación. «No hay consenso entre los expertos sobre la relevancia de ciertas mutaciones del virus H5N1, lo que subraya la complejidad de entender su capacidad de adaptación”.

Futuro incierto en 2025

Frente a estos desafíos, la OPS ha llamado a reforzar las estrategias de vigilancia y colaboración intersectorial. La Dra. Thais dos Santos, asesora Regional en Vigilancia y Control de Enfermedades Arbovirales del mismo organismo, subrayó que «la estrategia de gestión integrada promovida por la OPS combina medidas tradicionales de control con nuevas tecnologías como vacunas y mosquitos irradiados, pero es esencial empoderar a las comunidades locales para reducir criaderos y controlar vectores”.

Barbosa, al respecto, concluyó insistiendo en la necesidad de compartir información y coordinar respuestas entre los países: «Cuando las naciones trabajan juntas, pueden salvar vidas. Este enfoque colaborativo es clave para enfrentar el dengue, Oropouche y la gripe aviar, así como para prepararse ante futuros desafíos”.