El medicamento, molnupiravir, fue autorizado para su uso en personas que tengan al menos un factor de riesgo para desarrollar una enfermedad grave. (Foto: Fuente externa).

La píldora de la empresa Merck actúa interfiriendo con la capacidad del coronavirus para copiar su código genético y reproducirse. Ha mostrado una actividad similar contra otros virus.

Miami, EE.UU.—La farmacéutica Merck confirmó este viernes que su pastilla experimental contra el COVID-19 redujo a la mitad las hospitalizaciones y muertes en aquellos pacientes que se habían contagiado con el virus. Ante este avance, la compañía solicitará ante los organismos sanitarios reguladores de Estados Unidos y del resto del mundo la autorización de su uso.

Si se aprueba, el medicamento sería la primera píldora anti-covid, un paso potencialmente importante en los esfuerzos globales para controlar la pandemia. Todas las terapias que se han autorizado hasta ahora contra el mortal virus en EE.UU. requieren una vía intravenosa o una inyección.

Además, la disposición de una pastilla permitirá reducir los pacientes en los hospitales y así aliviar la carga de trabajo de los profesionales sanitarios. También podría ayudar a frenar los brotes en países de bajos ingresos que no tienen acceso a las terapias más costosas.

Merck y su socio Ridgeback Biotherapeutics dijeron que los primeros resultados mostraron que los pacientes que recibieron el medicamento, denominado “molnupiravir”, durante los cinco después de tener síntomas del coronavirus redujeron a la mitad la tasa de hospitalización y muerte.

El estudio contó con 775 adultos contagiados de coronavirus de leve a moderado a los que se consideraba de mayor riesgo de enfermedad grave debido a los problemas derivados de la obesidad, la diabetes o las enfermedades cardíacas. Los resultados no han sido revisados por expertos externos y se espera que se haga en breve ya que este es un procedimiento habitual para examinar las nuevas investigaciones médicas.

Entre los pacientes que tomaron el “monupiravir”, el 7,3% fueron hospitalizados o murieron al cabo de 30 días, en comparación con el 14,1% de los que recibieron la pastilla. No hubo muertes en el grupo que había tomado la pastilla después de ese período en comparación con los ocho fallecimientos que sí se registraron en los que no la habían tomado.

Un grupo independiente de expertos médicos que monitoreaban el ensayo recomendó detenerlo tempranamente porque los resultados provisionales fueron muy sólidos. Eso es típico cuando los primeros resultados muestran claramente que un tratamiento funciona y que no es necesario realizar más pruebas antes de solicitar la autorización. Los ejecutivos de la compañía aseguraron que enviaran en los próximos días los resultados de esta investigación a la Administración de Alimentos y Medicamentos de EE. UU. (FDA por sus siglas en inglés).

Una vez que se complete la presentación, la FDA podría tomar una decisión en unas semanas y, si se aprueba, el medicamento podría estar en el mercado poco después. Merck solo estudió su fármaco en personas que no estaban vacunadas. Pero los reguladores del FDA pueden considerar autorizarlo para uso más amplio, incluso en pacientes vacunados que presenten síntomas de COVID-19.

El Dr. Dean Li, vicepresidente de Merck Research Laboratories, admitió que los resultados excedieron sus expectativas ya que considera que el medicamento es altamente eficaz. “Cuando ves una reducción del 50% en la hospitalización o la muerte, eso tiene un impacto clínico sustancial”, manifestó.

Los pacientes toman ocho píldoras al día durante cinco días. Ambos grupos informaron de efectos secundarios en el ensayo de Merck, pero fueron un poco más comunes entre el grupo que recibió la pastilla ficticia. La empresa no especificó los problemas. Los resultados del estudio anterior mostraron que el fármaco no beneficiaba a los pacientes que ya estaban hospitalizados por una enfermedad grave.