ARCHIVO - Alsu Kurmasheva trabaja para Radio Free Europa / Radio Liberty con base en Praga. Tiene tanto nacionalidad estadounidense como rusa.

Piden la liberación de la periodista de RFE/RL Alsu Kurmasheva, detenida el 18 de octubre en Kazán, Rusia. Según el Comité para la Protección de los Periodistas, fue acusada de no registrarse como ¨agente extranjero¨, cargo que conlleva una sentencia máxima de cinco años de prisión

Nueva York, EEUU — Las Naciones Unidas y el líder de la mayoría del Senado de Estados Unidos, Chuck Schumer, criticaron a Rusia por el arresto de un segundo periodista del país norteamericano y exigieron su liberación.

Alsu Kurmasheva, quien tiene tanto la nacionalidad estadounidense como la rusa y es editora de Radio Europa Libre/Radio Libertad (RFE/RL), fue detenida tras ser acusada de no estar registrada como agente extranjero.

La periodista, quien vivía en Praga, República Checa, con su esposo e hijos, viajó a Rusia en mayo por una emergencia familiar. Fue brevemente retenida en junio en un aeropuerto y su pasaporte fue confiscado.

Este miércoles fue arrestada y, de ser condenada, podría enfrentar 5 años de prisión.

Rusia considera a RFE/RL, financiada por el Congreso estadounidense, como un agente extranjero desde 2020. La cadena independiente rechazó las cláusulas de ello, asegurando que sería una invasión a sus procesos editoriales y limitaría su trabajo.

Kurmasheva «necesita ser liberada para que pueda regresar con su familia inmediatamente», dijo RFE/RL en un comunicado.

Amanda Bennett, directora ejecutiva de la Agencia de Estados Unidos para Medios Globales, que supervisa RFE/RL, dijo en un comunicado: “Kurmasheva es una periodista distinguida y un miembro querido de su comunidad. Su detención es categóricamente injusta y debería ser puesta en libertad de inmediato”.

El Comité para la Protección de los Periodistas (CPJ) y Reporteros sin Fronteras también pidieron su liberación inmediata.

«El CPJ está profundamente preocupado por la detención de la periodista ruso-estadounidense Alsu Kurmasheva por cargos penales espúreos y pide a las autoridades rusas que la liberen inmediatamente y retiren todos los cargos en su contra», dijo Gulnoza Said, coordinador del programa del CPJ para Europa y Asia Central.

«El periodismo no es un delito, y la detención de Kurmasheva es una prueba más de que Rusia está decidida a reprimir la información independiente», afirmó.

Alsu Kurmasheva es ahora «el segundo periodista estadounidense en menos de un año que se convierte en víctima de la campaña de chantaje internacional de Rusia», dijo a la VOA en un comunicado Clayton Weimers, jefe de la oficina estadounidense de Reporteros sin Fronteras.

«RSF condena en los términos más enérgicos su detención injusta», añadió.

La embajada de Rusia en Washington no respondió de inmediato al correo electrónico de la VOA solicitando comentarios. Antes de Kurmasheva, el periodista del Wall Street Journal (WSJ), Evan Gershkovich, fue detenido en Moscú desde marzo.

El senador Schumer condenó la detención de los dos periodistas estadounidenses y exigió su liberación inmediata.

«No es ningún secreto que Rusia tiene una larga e inquietante historia de detención injusta de ciudadanos estadounidenses, especialmente miembros de la prensa libre», dijo Schumer el jueves en las instalaciones del Senado.

En una declaración publicada en X, la Oficina de Derechos Humanos de la ONU expresó su preocupación por el arresto de Kurmasheva y dijo que «se debe dejar que los periodistas hagan su trabajo vital libres de presiones, intimidaciones y represalias».

La agencia Tatar-Inform publicó un vídeo que mostraba a Kurmasheva siendo llevada a un edificio administrativo acompañada por cuatro hombres, dos de los cuales la sujetaban por los brazos y llevaban pasamontañas.

Las autoridades acusaron a Kurmasheva de recopilar información sobre las actividades militares de Rusia «para transmitir información a fuentes extranjeras», sugiriendo que recibió información sobre profesores universitarios que fueron movilizados en el ejército ruso, afirmó Tatar-Inform.

Su trabajo ha estado centrado en las comunidades de minorías étnicas en Tartaristán y Bashkortostán en Rusia, incluidos proyectos para proteger y preservar la lengua y la cultura tártaras a pesar de la “mayor presión” sobre los tártaros por parte de las autoridades rusas, dijo su empleador.

El Servicio Federal de Seguridad de Rusia alegó que el periodista del WSJ Evan Gershkovich, “siguiendo instrucciones de la parte estadounidense, recopiló información que constituía un secreto de estado sobre las actividades de una de las empresas del complejo militar-industrial ruso”.

Gershkovich y el WSJ niegan las acusaciones y el gobierno de Estados Unidos ha declarado que está detenido injustamente. Las autoridades rusas no han detallado ninguna evidencia que respalde los cargos de espionaje. El proceso judicial en su contra está cerrado y los detalles del caso penal son clasificados, según los fiscales.

​Desde 2012, Rusia ha utilizado sus llamadas leyes de «agentes extranjeros» para etiquetar y castigar a los críticos de las políticas gubernamentales. También para cerrar la sociedad civil y los grupos de medios en Rusia desde que el Kremlin lanzó su invasión a Ucrania.

La ley permite a las autoridades etiquetar a las organizaciones sin fines de lucro como «agentes extranjeros» si reciben financiación del exterior y participan en actividades políticas.

[Con información de RFE/RL y AP]