- Al menos un herido en una manifestación pacífica multitudinaria.
- Grupo generó el caos al ingresar al interior del Capitolio.
- Policía del Capitolio blandió sus armas para proteger el perímetro.
- Miles de manifestantes pro Trump rodearon la sede del Congreso.
- Paralizan los procedimientos legislativos de certificación y objeción del voto del Colegio Electoral en la agenda legislativa.
Washington, D.C.—Una inmensa multitud pacífica continúa rodeando la sede del Congreso en la capital de Estados Unidos, mientras las autoridades intentan frenar la entrada masiva a la sede del poder legislativo federal donde se escucharon disparos y se informó de un herido, luego que elementos más radicales penetraron al lugar.
La alcaldesa de la capital, Muriel Bowser, y la portavoz demócrata en la Cámara, Nancy Pelosi, solicitaron la intervención de efectivos de la Guardia Nacional para frenar la aparente toma civil del Capitolio. Aunque en principio se indicó cierta renuencia al despliegue de los efectivos, al caer la tarde los medios daban cuenta de preparativos en ese sentido, sin confirmación oficial.
No obstante, la alcaldesa ordenó un toque de queda a partir de las 6pm, mientras algunos de los manifestaron comenzaron a retirarse de los alrededores del edificio federal, luego de instalar una enorme bandera en la estructura para los actos de juramentación del 20 de noviembre, en un costado del emblemático edificio.
Otros manifestantes se hallaban dentro del pleno del Senado con cartelones de protestas y en rechazo del debido proceso constitucional, denunciado el robo de las elecciones presidenciales de noviembre.
Las autoridades locales y federales calibraban cuidadosamente la acción a seguir debido a los miles de simpatizantes congregados allí, mientras las puertas principales del Capitolio Nacional continuaban cerradas al público, varios de los manifestantes lograron irrumpir en el interior de la sede legislativa luego de romper los cristales de algunas ventanas.
La policía del Capitolio disparó varios granadas de gases lacrimógenos en el interior del edificio a fin de dispersar a grupos dispersos que lograron irrumpir en los pasillos hasta ingresar al pleno, donde ocuparon los escaños donde antes estaban los legisladores, incluido el asiento del vicepresidente Mike Pence, quien fue llevado a un lugar seguro junto a sus colegas.
Las imágenes de la televisión local mostraron a manifestantes forcejeando con la policía federal en las puertas principales de entradas al Capitolio. Pocas horas después, fueron reforzados por policías del estado de Maryland y más agentes del FBI que continúan llegando progresivamente al lugar, a fin de sofocar a los elementos anárquicos.
Al caer la tarde, tanto el presidente electo, Joe Biden, en un mensaje televisado, como el presidente Donald Trump, en un mensaje de Twetter, instaron a la acción pacífica y a evitar la violencia, aunque ambos alegaron los cuestionamientos partidistas surgidos de los ácidos resultado de las elecciones.
Una parte de la multitud continúa en el lugar mientras otros han optado por retirarse antes de la hora de inicio del toque de queda en la capital de Estados Unidos. El debate continúa entre quienes alegan que el hecho fue un asalto a la democracia, y los que estiman es un reclamo constitucional por el robo de las elecciones.
La llegada de la multitud interrumpió el desarrollo de las actividades de legisladores federales dentro del Capitolio, donde se realizaba los debates y las objeciones por estados al voto del Colegio Electoral que certificó la victoria del candidato demócrata, Joe Biden, frente a su rival republicano, Donald Trump.
El Capitolio federal tiene un dispositivo de seguridad inusitado, por lo que el ingreso allí conlleva un protocolo a seguir. No es usual este tipo de actos de protestas civiles en la sede del poder legislativo federal.
El hecho de violencia más reciente ocurrió en 1954, cuando un grupo de nacionalistas puertorriqueños armados irrumpió en el pleno del Congreso, abriendo fuego desde las galerías contra los legisladores en su interior, con un saldo de varios heridos. Los autores fueron condenados a largas condenas en prisión.
Las imágenes difundidas este 6 de enero han generado rechazo y sobresalto entre algunos observadores, quienes subrayan que la democracia estadounidense funciona con el respeto debido a la ley y el orden y estos hechos no reflejan la verdadera nación y sus principios.