Lo digital atravesó por las mismas fases: de vaguada a onda tropical, de esta a tormenta y luego a huracán, con distintos grados de consecuencias, hasta provocar impensables transformaciones en la manera de hacer periodismo.
Por Miguel Franjul*
Como los huracanes, cuya velocidad, intensidad y trayectorias pueden ser distintas a las predictibles, así se asemejan los cambios que se suceden en el nuevo ecosistema de las comunicaciones.
Lo digital atravesó por las mismas fases: de vaguada a onda tropical, de esta a tormenta y luego a huracán, con distintos grados de consecuencias, hasta provocar impensables transformaciones en la manera de hacer periodismo.
Consecuencias visibles fueron la ruptura drástica de los modelos de negocios de los que entonces eran los medios paradigmáticos de la información: la prensa escrita, la radio y la televisión, sin hablar de sus otros impactos relevantes en la actividad humana.
En el caso de los medios, la tecnología digital reajustó o hizo desaparecer los nichos tradicionales de la prensa escrita empujándola a entroncarse con lo digital para producir formatos audiovisuales, los puntos fuertes de la radio y la televisión, y asumirlos en el menú de sus contenidos.
En la medida en que esta diversidad de formatos se fue convirtiendo en el modelo preferido de las nuevas audiencias, la prensa descubrió nichos de interés a los cuales está dedicando ahora contenidos especializados como la salud, la tecnología, la educación y las innovaciones.
Estas preferencias son lógicas en un mundo que ha cambiado y que obliga a la prensa a promover el periodismo ciudadano, de soluciones, de regeneración, tratando de brindar informaciones y orientaciones que conecten con las aspiraciones de estas audiencias.
Ahora va más allá de la noticia de primer plano o de superficie, para ahondar en todos sus matices, pero en especial en el cómo y por qué se produjo, dándole vida a géneros periodísticos un tanto dormidos en el tiempo, como la crónica y el análisis interpretativo, que permiten salir de los clásicos moldes de la redacción tradicional y entrar en lo coloquial, más cercano a la gente y a su verdadera realidad.
*Miguel Franjul es director del periódico Listín Diario, decano de la prensa nacional.
Video anexo: