Dos tercios de la población mundial están vacunados contra el coronavirus, pero la enfermedad que causa sigue provocando muertes y pérdidas económicas.
La experiencia ha mostrado que el virus es tratable y que se puede acabar con la pandemia a corto plazo, siempre y cuando se atiendan tres campos prioritarios, afirman el titular de la ONU y el director de la agencia sanitaria global.
Miami, Florida. – La pandemia de COVID-19 no ha terminado, señala la OMS. El virus continúa causando una pérdida significativa de vidas y medios de subsistencia, obstaculizando así la recuperación económica mundial, mientras que la entidad indica que, «el mundo nunca ha estado en una mejor posición para terminar con el COVID-19 como una emergencia de salud global.»
“El número de muertes semanales reportadas se acerca el más bajo desde que comenzó la pandemia y dos tercios de la población mundial están vacunados, incluido el 75% de los trabajadores de la salud y las personas mayores”, destacó Tedros Adhamnon Ghebreyesus en un evento celebrado en el marco del debate de alto nivel de la Asamblea General de las Naciones Unidas.
El cónclave tiene el objetivo de evaluar los avances de las vacunas, diagnósticos y tratamientos contra el COVID-19, identificar las áreas prioritarias para acelerar el acceso equitativo a esos tratamientos y movilizar apoyo político adicional para poner fin a la pandemia este año.
El responsable de la OMS alertó de que los números alentadores ocultan una serie de disparidades que ponen en riesgo a toda la gente y mencionó, por ejemplo que en los países de renta baja sólo el 19% de la población está vacunada, en contraste con el 75% de inmunización en las naciones de ingresos altos.
Además, informó que un nuevo estudio elaborado por especialistas del Acelerador ACT reveló que la tasa de testeo a nivel mundial ha caído y que el acceso a nuevos antivirales en la mayoría de los países de ingresos bajos y medianos es prácticamente inexistente.
“Estas desigualdades no son sólo un peligro para aquellos a quienes afectan directamente; son un riesgo para todos. Por eso es esencial subsanarlas si realmente queremos terminar con la pandemia”, advirtió.
El mundo cuenta con las herramientas para poner fin a la fase aguda de la epidemia, “no obstante, sólo lo lograremos si vacunamos a todos los trabajadores sanitarios y a las personas mayores, mantenemos las pruebas y ampliamos el acceso a antivirales efectivos”, apuntó.
Tedros explicó que el coronavirus no desaparecerá, pero que los países podrán hacer la transición para controlarlo junto con otras enfermedades respiratorias.
El Secretario General de la ONU, primer orador del evento subrayó la falta de preparación de los sistemas de salud frente al surgimiento de la emergencia, y recordó que aunque ningún país se escapó de la catástrofe, las naciones de renta baja y media sufrieron el peor impacto.
António Guterres dijo que el mundo ha progresado desde entonces y señaló que actualmente sólo diez países, la mayoría de ellos atravesando crisis humanitarias, tienen una cobertura de vacunación por debajo del 10%.
A las vacunas se suman los nuevos medicamentos antivirales orales que, combinados con las pruebas, ofrecen un camino claro para prevenir muertes entre los más vulnerables. “Pero deben estar disponibles para todos”, añadió Guterres.
Refirió asimismo, que los países están integrando cada vez más las medidas de COVID-19 en los servicios y programas de salud de rutina.
“Las lecciones de estos éxitos son claras. El virus es tratable. Podemos salvar vidas y podemos controlar el virus, incluso entre las poblaciones de alto riesgo. (…) Si pudiéramos combinar estas herramientas con una mayor ambición entre los líderes mundiales, podríamos acabar con la pandemia este año. Pero eso requiere cerrar tres grandes brechas”, aseveró.
Las tres brechas a las que aludió Guterres son: las dosis de refuerzo, el testeo y la preparación para eventuales emergencias.