¿Viejo o sabio?
Por Zunilda Fondeur
La cronología debemos valorarla y no preocuparnos en su discurrir, porque nos permite enriquecer nuestra esencia y acumular conocimientos infinitos, vivencias, recuerdos y humanizarnos cada día para el crecimiento espiritual, intelectual y moral.
Para qué preocuparnos por los años? Nuestros festejados a saludar cumplen 39 y el otro más de 80. El joven estudioso, trabajador, honesto y comprometido con su hogar y buenos principios, no sabe si llegará a la edad que hoy suma el segundo.
Pero el octogenario ya ha tenido la oportunidad de lograr metas, cumplir sueños y hasta el momento se mantiene activo, es compasivo, familiar y comprometido con su sector profesional, hasta el punto de que hoy le los Acroartistas le celebran la vida con un homenaje en Santiago, con la presencia de la mayoría de sus hijos que viajan desde diferentes estados de la unión Americana, incluyendo a Raquel, la primera jueza de origen quisqueyano en Washington.
¿Hasta cuándo seguirá la cronología de cada quien? Eso no nos debe preocupar, para qué mortificarse si la vida es un regalo de nuestro creador del universo; en lo que sí debe enfocarnos es en cumplir el propósito o misión de que al vivirla, aportemos a nuestros congéneres y dejemos legados que ayuden a nuestros descendientes y futuras generaciones perce.
Felicitaciones
Por su natalicio al querido sobrino Calvin Fondeur, primer hijo de mi amado hermano Felix R. Fondeur, así como al legendario periodista Humberto Olivieras, uno de los profesionales de la comunicación en desbrozar los caminos en Nueva York, ocupando posiciones gerenciales en importantes medios, como: El Diario Noticias Del Mundo, El Semanario Listín USA, Radio Wado de la cadena Univisión y el Tele Periódico Realidades, junto a quien escribe.
Además, en el orden personal agradezco que Humberto trate y proteja a mis hijos como sus sobrinos, de igual modo considero los suyos, mis sobrinos sanguíneos y su última esposa, la formidable Estela Uceta Mirabal madre de Humberto Junior, a quien mami adoptó como hija y nieto, al igual que al propio Humberto y mi amistad con Clara, la fenecida madre de sus vástagos Raquel y Jonfri.
Esos son resultados que arrojan una historia limpia, tras una vida cargada de solidaridad y compañerismo.