Por Elmer González Cavallo / “El Patriota sin Miedo”
Resulta un gran anacronismo, que los trofeos de los títulos de campeonatos del Licey vayan a reposar a las oficinas corporativas las cuales no pueden ser visitadas por los fanáticos y para ser apreciadas solo por directivos y jugadores. Parece que esos trofeos están destinados a estar en un salón en el monte Olimpo, inalcanzables para los fanáticos.
Una gran contradicción para los millones de fanáticos del equipo azul en la ciudad de Santo Domingo y en la geografía nacional, es que no existe oportunidad de interactuar con los símbolos de toda la gloria deportiva del Glorioso. Los trofeos y la historia simbólica subyacen enclaustradas en anaqueles de las instalaciones corporativas del Licey, con oportunidad de que solo puedan ser vistas por los jugadores y directivos del conjunto; invaluables tesoros históricos deportivos están guardados en las oficinas ejecutivas del equipo o sólo están descritas en websites, portales o en párrafos etéreos de Wikipedia.
La Propuesta
Es preciso la directiva de los Tigres Licey, pueda tener actividad más allá del terreno del juego, más allá del Estadio Quisqueya, más allá de las temporadas invernales, de las Series del Caribe, de las transmisiones televisivas o del ingreso por taquillas.
Es tiempo, que, con el debido protocolo de preservación ese caudal de trofeos, textos, imágenes y objetos, puedan ser exhibidos y estén en interacción con la colectividad, en un lugar con la debida escala y amenidades operativas para recibir a decenas de miles de visitantes cada año, que, a la vez, conocer e interactuar y a la vez potenciar el liderazgo en materia de Beisbol de la República Dominicana.
Es tiempo de pensar en principios de gestión contemporánea que logre motivar a los seguidores de la Pelota durante todo el año en una mayor dimensión; es momento que la directiva encabezada por Ricardo Ravelo, se aproxime a la gente y abra las puertas a la innovación, estructurando (con el adecuado protocolo museográfico) exposiciones interactivas e itinerantes en nodos y centros comerciales en Santo Domingo y en las principales ciudades en las regiones dominicanas.
Esta iniciativa permitiría a los dominicanos, turistas y sobre todo a los fanáticos que sustentan la mística azul, palpar, visualizar y fotografiarse a quemarropa con la gran historicidad y deidad deportiva del Glorioso del Caribe. ¡Son demasiadas glorias para tenerlas ocultas!